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«Los grupos de la oposición municipal coinciden en que era algo «que se veía venir» y muestran su apoyo a los trabajadores
15.02.13 – 00:28 – IDOYA REY | OVIEDO.
Es la crónica «de un desmantelamiento anunciado». No tenía una bola de cristal, pero así advertía hace tres meses el portavoz de Izquierda Unida en el Ayuntamiento, Roberto Sánchez Ramos, sobre las intenciones de General Dynamics para con la fábrica de armas de Trubia . «El PP tiene en la cabeza cerrar la fábrica», decía entonces. Y añadía, «el Principado se despertará cualquier día con el abandono de la empresa a un lugar donde los salarios sean más bajos». No fue exactamente con lo que amaneció ayer Oviedo, pero «es el dato más esclarecedor de esta situación provocada por el cierre de la fábrica de La Vega y la unificación en Trubia», valoró Sánchez Ramos tras conocer la intención de la empresa de despedir a 289 trabajadores y someter al resto a un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal.
El edil advirtió de que «desde IU no aceptaremos un ERE ya que es una situación absolutamente provocada por General Dynamics y el Ministerio de Defensa». Su grupo municipal, el primero en posicionarse de entre cuantos tienen representación en el Consistorio, «apoyará a los trabajadores y al pueblo de Trubia y Oviedo». Por lo pronto, pedirá «a través de nuestro diputado y senador la comparecencia del Ministerio de Defensa, ya que lo único que ha hecho la empresa es especular con los terrenos de La Vega y nada por el empleo de los trabajadores».
Alfredo Carreño, portavoz del partido Socialista en el Consistorio, subrayó igualmente que «nosotros veníamos avisando de que el traslado venía a ser un cierre. Por eso defendíamos que la fábrica de La Vega se quedara en Oviedo». Recrimina que todo era una trampa con claros colaboradores. «Quien cierra la fábrica y echa a casa a los trabajadores es el Partido Popular, con la connivencia del alcalde de la ciudad, Agustín Iglesias Caunedo». Cuando los trabajadores intentaron evitar el traslado con negociaciones, movilizaciones, paro laborales, reuniones con políticos y hasta con una denuncia ante la Guardia Civil, el regidor municipal prometió reunirse con el ministro de Defensa, Pedro Morenés. Una cita monográfica para tratar el asunto. «Todavía estamos esperando por esa reunión», reprocha Carreño.
Los socialistas veían claras las intenciones de la empresa porque el ya desaparecido centro era una «fábrica insustituible, era única por sus homologaciones, una fábrica singular con un alto valor tecnológico». Con su cierre la carga de trabajo no iba a llegar para los 640 empleados. «Sin embargo en el País Vasco sí que tienen trabajo, el Gobierno del PP está favoreciendo a sus amigos». Ahora lo que hará el PSOE es «apoyar a los trabajadores, como hemos hechos siempre. Porque hace años intentaron algo parecido, pero nos opusimos y el Estado, gobernado por el PSOE, nos apoyó. Pueden contar con nosotros», concluye.
En Foro Oviedo no salían de su sorpresa. Todo el tema del traslado de La Vega les había parecido una maniobra más que sospechosa y así lo manifestaron en su momento «pero no creí que esto iba a ser tan evidente, tan rápido», comenta su portavoz, Andrés Llavona. Los despidos dejan en «una situación muy preocupante al tejido industrial asturiano. Desde su grupo propondrán una posición conjunta del Ayuntamiento para oponerse a este «varapalo. Tendrán que dar explicaciones contundentes».
El alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, no realizó ayer declaraciones. Hace tres meses Sánchez Ramos no tenía bola de cristal, pero hizo un anticipo: «El Principado amanecerá con malas noticias sobre la fábrica de armas y el alcalde se quedará mudo», dijo.»