El Comercio – La Navidad más triste de la industria asturiana

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«Empresas como Suzuki se despidieron en 2013 de la actividad en la región, otras como Tenneco ven su cierre casi inminente y sus trabajadores pasan estas fiesta encerrados para evitar el desmantelameinto. En cambio, Arcelor tiene su horizonte más despejado

16.12.13 – 19:44 – NOELIA ERAUSQUIN | GIJÓN

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Asturias cierra el año con menos parados que el anterior. Las últimas cifras revelan que, a principios de diciembre de 2012, había 2.098 demandantes de empleo más que en la actualidad, pero la cifra total de los que buscan trabajo sigue siendo alarmante, 103.118 personas en una comunidad que supera ligeramente el millón de habitantes y cuenta con la tasa de actividad más baja del país. La crisis ha seguido cebándose con la región y 2013 ha supuesto el cierre de algunas empresas emblemáticas o el anuncio de que lo harán. En el lado más oscuro: la desaparición de Suzuki en Gijón, los despidos de la Fábrica de Armas de Trubia, los de Felguera Melt o el anuncio de la deslocalización de Tenneco. Esto por citar algunas de las compañías, pero a ellas se les suman otras de menor tamaño que han reducido sus plantillas o empresas que han tenido que abandonar la actividad.

TENNECO

En septiembre llegó un nuevo mazado para la industria asturiana. Tenneco Automotiv, la empresa líder de producción y distribución de equipamientos y piezas de recambio para la industria del automóvil, anunció que cerraba su factoría de Gijón, la antigua Monroe, que cuenta con una plantilla de 230 trabajadores. Aunque la plantilla podía esperar que la multinacional adoptara medidas de ajuste, nadie creía que llegaran a cerrar definitivamente la planta. Como en el caso de Suzuki, el anuncio llegó como una decisión “irreversible”, aunque los motivos fueron variando a lo largo de las semanas, desde la falta de pedidos a la obsolescencia de la planta, pasando por una supuesta escasa productividad.

Los trabajadores, que no han dejado de movilizarse en estos meses, lograron que la Comisión Europea creara un grupo de trabajo para estudiar el cierre y que la multinacional aceptara una auditoría independiente de la empresa Secafi. Su informe reveló que la planta no necesita seis millones de euros para su actualización como afirmaba la compañía, sino unos 700.000 u 800.000, como defendía la plantilla, y que incluso, con algunos ajustes que incluirían la reducción de la plantilla en un centenar de personas, podría batir récords en su productividad. Este análisis vincula el cierre a razones fiscales, ya que países como Alemania presionan a las compañías para que paguen allí sus impuestos, e incluso a otros motivos ocultos. No obstante, la multinacional insiste en el cierre que también podría afectar a la factoría que tienen en Ermua.

Los trabajadores de Tenneco pasarán los días de Nochebuena y Navidad en la fábrica para evitar que la empresa se lleve la maquinaria. La intención de los trabajadores es mantener estos turnos hasta el próximo día 2 de enero con intención de impedir que la multinacional aproveche de estos días festivos para sacar los equipos que pretende llevarse a Europa del Este. «Las máquinas son nuestra última baza y vamos a evitar por todos los medios que las trasladen Rusia y Polonia», se advirtió desde el comité de empresa, que confía en que este hecho permita que la empresa se avenga a negociar. Los trabajadores han hecho un llamamiento a la sociedad asturiana para que acuda a las once y media del viernes ante la sede de la Consejería de Industria y Empleo -media hora antes del inicio de la reunión- para manifestar su rechazo a un intento de deslocalización al que se han opuesto todo los partidos políticos asturianos.

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FELGUERA MELT

En abril, tras meses de reducciones paulatinas de las plantillas e incluso de las propias instalaciones, el presidente de Duro Felguera, Ángel Antonio del Valle, anunció el cierre de Felguera Melt y Construcciones Mecánicas por no ser viables “ni material ni económicamente”. Las dos instalaciones situadas en Barros, Langreo, contaban con 185 trabajadores en total. Aunque el caso se ha alargado hasta fin de año, la intención de la empresa era concentrar “en el plazo más breve posible” su capacidad de fabricación en los talleres de Felguera Calderería Pesada, con sede en Gijón, y de Felguera Rail, en Mieres, que asumirá la actividad de vías que hasta ahora se desarrolla en Felguera Melt. Los sindicatos han rechazado el plan de cierre, mientras que la empresa les culpa de los retrasos acumulados en las negociaciones. Así, aunque la compañía anunció que recolocaría a la mayoría de los 116 empleados de Felguera Melt, el plan de cierre supone el despido de 92 operarios. Los sindicatos, por su parte, defienden que «la compañía se encuentra en una situación envidiable en cuanto a beneficios y carga de trabajo».

En diciembre, las jornadas de huelga y las protestas se han sucedido y las negociaciones continúan enquistadas. Mientras, Duro Felguera ha dado de plazo a la plantilla hasta enero para alcanzar un acuerdo. En caso contrario, se procederá a su liquidación solicitando un expediente de extinción para la totalidad de los trabajadores y también advierte de que no realizará la inversión de 13 millones de euros que había anunciado en Mieres. Cinco trabajadores de Felguera Melt iniciaron el lunes un encierro «indefinido» en el Ayuntamiento de Langreo en señal de protesta por la decisión de la dirección de Duro Felguera de cerrar la factoría y despedir a sus 102 trabajadores. Los operarios quieren expresar así su decisión de «no abandonar la lucha y seguir reivindicando sus puestos de trabajo», a la espera de la próxima reunión que mantendrán con la dirección el próximo 8 de enero.

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SUZUKI

El miércoles 27 de marzo de 2013 finalizaba el montaje de la última motocicleta que la factoría gijonesa de Suzuki fabricaba y la última que la multinacional construía en Europa. Era un adiós anunciado, desde que en noviembre de 2012 el consejero delegado de la multinacional en España, Masayioshi Ito, dejara caer la noticia en una reunión con el presidente del Principado. La producción de la compañía se trasladaba a Asia. La planta del polígono de Porceyo abandonaba la actividad, se quedaba vacía, sin proyecto industrial. La suerte estaba echada para los 169 empleados de Gijón que se quedaban sin trabajo. Se acababa así la industria de la construcción de motocicletas en Asturias, una actividad que se prolongó en Gijón durante sesenta años.

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GENERAL DYNAMICS

El caso de Suzuki no era el único que coleaba desde el año anterior. En 2012 General Dynamics anunció la integración de las plantas de La Vega y Trubia para “reducir costes, priorizar el empleo y asegurar la continuidad de la actividad industrial”. Los sindicatos que alertaron de que aquello no era el fin, sino el principio de más problemas tenían razón. Tres meses y medio después del cierre de la fábrica de la Vega, en febrero de 2013, la multinacional americana, cuya filial española es Santa Bárbara Sistemas, anunciaba, ante “la caída de la demanda”, una reducción de la plantilla en toda España de 700 trabajadores, el 42 por ciento en Asturias. Para la fábrica de Trubia preveía 289 despidos y un ERE temporal para los 300 trabajadores restantes. El plan de reestructuración presentado en febrero acabó sin acuerdo entre la dirección y los sindicatos. Los políticos asturianos tampoco pudieron ejercer una presión suficiente como para frenarlo ni ante la empresa americana, ni ante el Ministerio de Industria. Por su parte, el principal cliente, el Ministerio de Defensa, que ya no se había opuesto al cierre de La Vega por tratarse de una “empresa privada con competencia autónoma para tomar decisiones industriales”, tampoco lo hizo con Trubia.

Las protestas y negociaciones no sirvieron para parar la decisión de la compañía, solo para aminorar el impacto. En un primer momento, 171 trabajadores se acogieron a las jubilaciones anticipadas o a las bajas voluntarias, una cifra que subió hasta los 186 con cambios en las condiciones. Después de manifestaciones, asambleas, huelgas e incluso encierros, General Dynamics despidió a 55 empleados, seis menos que el máximo que exponían. La única compañía del sector en el Principado redujo así su plantilla casi a la mitad.

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BENITO SISTEMAS

El caso de Benito Sistemas de Carpintería también saltó a los titulares informativos. Los trabajadores de esta compañía se movilizaron en 2013 por los impagos que sufrieron, la entrada de la empresa en concurso de acreedores y la extinción de sus contratos. En septiembre, sus protestas llegaron a las puertas de la vivienda del propietario del 75 por ciento de la sociedad, Miguel Ángel Zabala, también presidente de Ibersa, que funciona bajo la marca comercial ‘El mundo del pintor’. En una tensa rueda de prensa, este les acusó de hostigamiento, de acosar a Ibersa y rechazó sus argumentos. Además amenazó con llevar todas sus empresas a Galicia.

A final de año, los trabajadores siguen sin cobrar sus nóminas y acordaron en asamblea no firmar el acuerdo de liquidación presentado por el administrador concursal, que trasladará al juez toda la documentación para que se pronuncie sobre el futuro de la empresa y de los 81 empleos que mantiene. El proceso incluye el cese definitivo de toda la plantilla y, aunque existe el interés de varios inversores en reflotar la empresa, no hay nada firme.

Los trabajadores de otras empresas se han visto duramente afectados este 2013. Como ejemplos, Ervisa (Extrusión de resinas vinílicas) planteó un ERE de extinción para 26 de sus 43 trabajadores; Starglass, en concurso de acreedores, tuvo que dejar de producir en Mieres «por falta de liquidez” y, aunque recuperó la producción, ha realizado una propuesta para despedir a 79 trabajadores si cierra la cadena de primer equipo y el grupo público Tragsa, que incluye a la empresa Tragsatec, pretende despedir en Asturias a 61 de los 340 trabajadores que actualmente emplea en la región, lo que supone una reducción del 22 por ciento de su plantilla. Además, la construcción no levanta cabeza. Sin embargo, en este escenario de crisis e incertidumbre, algunos sectores comienzan a respirar y, con ellos algunas compañías. Prueba de ello, fue, por ejemplo, la firma de un nuevo convenio colectivo del metal, firmado noviembre y que afecta a 17.000 trabajadores. Este prevé un incremento salarial del 0,6 por ciento este año y del 0,75 por ciento para 2014.

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ARCELOR

Tras varios años convulsos, uno de los motores industriales de la comunidad vuelve a despegar. Después de un primer trimestre negro, las plantas de ArcelorMittal en Asturias han regresado a la senda de los beneficios, lo que confirma las buenas perspectivas abiertas cuando se alcanzó el acuerdo sobre el convenio. La compañía, que fabrica entre el 6 y el 7 por ciento de la producción global de acero, considera que ha superado el tramo más adverso del ciclo económico y cerrará el año con unos números que mejoran ampliamente los de 2012, cuando se cerró el ejercicio con unas pérdidas de 87 millones.

Las centrales asturianas aseguran que Arcelor tiene una amplia cartera de pedidos para los próximos meses que anticipan unas “muy buenas” previsiones de producción que podrían llevar a la multinacional a realizar nuevas incorporaciones de personal. Por lo pronto, durante el próximo año la compañía deberá cubrir mediante contratos relevo la salida de los 218 trabajadores nacidos en el año 1953. El aumento de la producción en prácticamente todos los talleres obligó a la multinacional a poner en marcha el incremento de jornada que prevé el acuerdo marco firmado a finales del pasado año. Además, la compañía ha arrancado las baterías de cok número 7 y 8 de la factoría de Avilés, que llevaban paradas en caliente desde diciembre de 2011. Así las cosas, a mediados de enero la instalación producirá con normalidad cok con destino a los altos hornos de Gijón que, en septiembre, tras 39 años de producción dejó de producir este producto.

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RUBIERA PREDISA

La firma de prefabricados de hormigón Rubiera Predisa ha dado un paso de gigante en su camino a recuperar la normalidad. La sociedad, que se encontraba en concurso de acreedores desde el pasado 25 de marzo, logró a finales de año reunir la mayoría necesaria para la aprobación de un convenio que garantiza el desarrollo de su actividad productiva. La firma mantiene su plantilla de 22 trabajadores cuya colaboración, según informó la empresa, “ha sido muy relevante durante todo el proceso”. La aprobación del convenio coincide con la entrada en su capital de nuevos inversores, aunque se mantiene el equipo gestor.

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ALAS ALUMINIUM

La factoría langreana Alas Aluminium volverá a tener producción en 2014, gracias a su nuevo propietario, la empresa francesa Oxxo Evolution, que pertenece al grupo argelino Cevital. Esta compañía se hizo con los activos de Alas Aluminium, con sede en el distrito langreano de Ciaño, por 8,5 millones de euros, en la subasta celebrada en el Juzgado de Lo Mercantil número 1 de Oviedo. El proyecto industrial presentado prevé la reanudación de la actividad, con una inversión de once millones de euros para financiar la puesta en marcha de la producción, con la creación inicial de ochenta puestos de trabajo el primer año, 113, al final del segundo año, y 146, el tercer año. Estas cifras se alejan de la plantilla de la aluminera que, cuando entró en quiebra, se acercaba a los 300 operarios. Los sindicatos, conscientes de que no hay ningún compromiso de recolocación de los antiguos trabajadores, esperan “que se tenga en cuenta a los antiguos trabajadores ya que se ha invertido mucho dinero en su formación y son grandes profesionales”.

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GRUPO TEMPER

El Grupo Temper, que se encontraba en concurso de acreedores desde 2012, recupera la actividad también gracias a la entrada de capital extranjero, en este caso del grupo chino Boer Power Holdings. La operación, además de propiciar la contratación de parte del anterior equipo de Temper, supone la primera inversión de capital procedente de China en Asturias y una de las primeras inversiones industriales del gigante asiático en España.

Temper, que llegó a tener más de 400 empleados en Asturias. vuelve así al mercado de material eléctrico, dicen, “totalmente saneada”.

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ARMÓN GIJÓN

La industria naval en Gijón estuvo a punto de desaparecer. Sin embargo, este 2013 ha vuelto a echar al mar a un nuevo barco, en este caso un atunero congelador para una empresa de Grupomar, propiedad del empresario astur-mexicano Antonio Suárez. El barco, que fue botado en julio de 2013 con el nombre de ‘Gijón’, fue el primero que salía de la factoría desde que reinició su actividad en abril de 2012 ya dentro del grupo Armón Gijón. El último barco que había salido de estas instalaciones fue en abril de 2010, cuando aún dependían de la compañía gallega Vulcano.

A pesar de que el año ha estado marcado para el sector por la polémica por la devolución del ‘tax lease’. El astillero gijonés vive una nueva juventud y cuenta con carga de trabajo para 2014 e incluso 2015.»

Acerca de ensantabarbara

"Asociación 55 despedidos - Fábrica de Trubia" Trabajadores despedidos de la filial española de General Dynamics European Land Systems
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