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«TANQUES Y CAÑONES DE LA VEGA, EN EL CHATARRERO
Este viejo cañón Scheneider de 75 mm., con 78 años de historia, y una guerra en su hoja de servicios, la que enfrentó a las «dos Españas», perteneció hasta hace muy poco a la Fábrica de Armas de la Vega. Ahora está a la venta por 1500 euros en una chatarrería de Burgos, al igual que tanques (3000 euros), y diversas cajas de munición. Restos de una industria centenaria, material bélico fabricado en Oviedo y Trubia, expoliado y vendido al peso en una chatarrería burgalesa. Lo que no pudo destruir la guerra, lo desguaza el hombre. Triste destino final.»
«Material bélico de la Fábrica de Armas de Oviedo,
en un desguace de Burgos
PEDRO ALBERTO ÁLVAREZ
Un desguace de Burgos oferta una torreta de tanque, un viejo cañón, e incluso diferentes clases de cajas de munición, (vacías), con un pasado común. Era material de la Fábrica de Armas, vendido como chatarra Hierros Foro. Desde hace un mes, varios camiones de la empresa vacían las instalaciones de La Vega, llevándose todo lo que encuentran. Esta semana, han comenzado a cargar la maquinaria obsoleta, un centenar de aparatos mecánicos almacenados en los sótanos de la fábrica desde hace cerca de tres décadas. Pero lo que más llama la atención, es que por 3.000 euros cualquiera puede tener en su jardín una torreta de un tanque de la década de los 80 o un Viejo cañón. Se trata del modelo Schneider de 75 milímetros. Está desvencijado, oxidado y le falta una rueda, pero sigue siendo material bélico. El resto del armamento militar, como fusiles, pistolas, o repuestos de lanzagranadas, fue destruido en los altos hornos de Arcelor, bajo el control de una comisión inspectora militar. Incluso las piezas de muestra, utilizadas por el departamento de ingeniería para hacer comprobaciones y estudiar mejoras en los procesos industriales, fueron fundidas. Parte del material bélico, se vende al peso en Hierros Foro, junto a muebles o máquinas de escribir. Las cajas de munición aún conservan el logotipo de General Dynamics. El desguace de Burgos también oferta camiones Pegaso, cisternas, carros e incluso quitanieves procedentes de otros acuartelamientos militares, y 20 metros de pontones, utilizados para superarlos ríos.»Fueron soldados en La Vega, en las naves que se encuentran junto a la autopista. Solo en Oviedo se fabricaba ese material», relata a este periódico un ex trabajador. Cuando General Dynamics trasladó la producción a Trubia, se llevó la maquinaria que le pertenecía, pero dejó el material que era propiedad del Ministerio de Defensa, y que ahora está siendo achatarrado. Entre los bienes destruídos se encuentra una prensa industrial de 1.000 toneladas, utilizada en la fabricación de las ametralladoras MG. Los trabajadores de la Fábrica de Armas de La Coruña propusieron, para evitar el cierre y los despidos, la fabricación de este arma, como parte del plan industrial para su supervivencia. Sin embargo, con la destrucción de la prensa, ninguna fábrica en España (ni en Europa) ahora tiene capacidad para hacer frente a los pedidos, a pesar de la demanda. El Ejercito alemán está buscando una empresa para que se haga cargo del mantenimiento de sus ametralladoras MG, y en nuestro país también necesitará repuestos. Los carros blindados del Ejército llevan instaladas dos ametralladoras MG, y cuentan con más de 20.000 unidades.
Tres frentes abiertos
General Dynamics tiene tres frentes abiertos, derivados del plan de reestructuración que supuso el cierre de La Vega y la aplicación del ERE. La demanda del comité de empresa intercentros sigue adelante en la Audiencia Nacional, y siguen su curso judicial las demandas individuales presentadas por los trabajadores despedidos. A demás, la liquidación de la factoría de La Coruña aún no es definitiva. El Ministerio de Defensa ha dado de plazo hasta febrero, para que la plantilla encuentre un comprador o un inversor, dispuesto a mantener la fábrica y los puestos de trabajo. De lo contrario, la Fábrica de Armas de La Coruña seguirá el mismo camino que La Vega: cierre y desmantelamiento, con destino al desguace.
El expolio de Trubia
La Fábrica de Armas de Trubia, además de reabrir el material de La Vega perteneciente a General Dynamics, guardaba varios elementos que también han desaparecido desde la fusión de ambas factorías. Dentro de sus muros, junto a la antigua cantina o el casino de oficiales, se encuentra también un cementerio. Las cruces, de hierro forjado, al igual que la vaya que rodeaba el camposanto, habían sido fabricadas en el taller de molderías, puesto en marcha en 1846, junto a los altos hornos. Del taller también salieron campanas, farolas, jarrones, bustos e incluso escaleras de caracol para cuarteles y palacios. Los trabajadores de la fábrica, afirman que muchos de los objetos metálicos del cementerio, ya no están. «No es una zona de paso habitual, los empleados no solemos ir por allí. Pero alguien se llevó las cruces en el último año. Ha sido un auténtico expolio«, asegura uno de los trabajadores. Las olvidadas tumbas de la Fábrica de Armas de Trubia, más de medio millar y pertenecientes a obreros y oficiales, se encuentran a la altura de la calle Barrio Requejo, ocultas tras naves, y almacenes de combustible, en la parte más alejada del muro exterior, lindando con el monte que recorre la parte trasera de la industria.»