Magnifico reportaje de quien abarca una perspectiva global de lo que está sucediendo. Algo que afecta al territorio de esta Comunidad, a sus comunicaciones y oportunidades; a la globalización y deslocalización de multinacionales que igual que llegan se van sin implicarse. Hemos perdido el capital, la propiedad de las empresas. Tan solo queda el personal, sin trabajo, mano sobre mano.
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«La Asturias negra
ASTURIAS
1 febrero, 2014
PEDRO ALBERTO ÁLVAREZ
El cierre de Tenneco y Coca-Cola reflejan la galopante desertización industrial del Principado. Continuos cierres
2013 fue un año negro para el sector industrial, y 2014 va camino de prolongar la pertinaz crisis que golpea a las industrias asturianas. La marcha de Tenneco (240 empleados) y el cierre de la embotelladora de Coca-Cola (144), reflejan la galopante desertización de Asturias, dejando una dramática esquela de polígonos vacíos, naves abandonadas y miles de trabajadores en la cola del paro. Los cerrojazos de Albo, en Candás, y de la Fábrica de Loza de San Claudio, ambos en 2009, fueron la primera señal de alarma. En 2011 llegó un nuevo mazazo. Chupa-Chups dejaba Villamayor tras 52 años de actividad, y dejando en la calle a 122 trabajadores. Suzuki en Gijón, y la Fábrica de Armas en Oviedo, confirmaron hace un año el continuo desmantelamiento del sector industrial en Asturias. Las multinacionales huyen del Principado, provocando un efecto llamada pero a la inversa.
Durante 2013, la situación ha ido a peor. Ascamón (130 trabajadores), Armanorte (110), Monrasa (127), Crady (159), Sodes (310), Evasa (110), o Fundición Nodular (180), han echado el cierre, siete empresas del sector del metal que han dejado en la calle a más de 1.100 obreros, y con ‘efectos colaterales’ que alcanzan a terceras empresas. En los últimos meses del pasado año, Talleres Asipo (100), Construcciones Metálicas Joama (80) o Viblan (20), remataron la agonía del sector industrial con 200 parados más. A los cierres y deslocalizaciones en el sector industrial, se suma la muerte inducida del sector minero. Las minas de Cerredo, pertenecientes a Coto Minero Cantábrico, están en liquidación, y en torno a 1.400 trabajadores, entre la plantilla y las subcontratas, aguardan el despido definitivo. Y el nuevo año ha comenzado con la misma lacra, Asturbega, la embotelladora de refrescos de Colloto también cerrará, dejando las naves como un simple almacén de distribución, a cargo de un pequeño retén de empleados. Un nuevo golpe a la industria alimentaria, tras los despidos en Embutidos Familia (70) y Junquera Bobes (93), los últimos precedentes de ajustes en el sector (2013).
Al mismo tiempo, el ‘tarifazo’ eléctrico sigue pesando como una losa sobre la industria pesada de la comunidad, Alcoa, Asturiana de Zinc, y Arcelor, el auténtico motor industrial de Asturias. El apagado de un alto horno de la antigua Ensidesa, provocaría despidos inmediatos en las empresas auxiliares que se levantan a su alrededor. El gobierno central, a pesar de las demandas de los gigantes industriales, sigue haciendo oídos sordos a la reforma de la tarifa eléctrica para grandes consumidores, y mientras tanto la amenaza de la deslocalización sigue gravitando sobre la industria pesada.
La falta de política industrial, a nivel nacional y autonómico, los elevados impuestos que pagan las empresas (en comparación con otras comunidades), colocan a la comunidad en una situación crítica. Para colmo de males, la Autovía del Cantábrico sigue inacabada, la Variante no tiene fecha de apertura, y el peaje del Huerna es otra penitencia y un costoso diezmo, no solo para los transportistas, también para todo aquel que quiera entrar o salir de Asturias, evitando las prolongadas rampas de Pajares. Como resultado, en Asturias sobran millones de metros cuadrados de suelo industrial. Solo la ZALIA, en la primera fase de su construcción, alcanza los 700.000 metros, Bobes suma 1,1 millones, y Lloreda otros millón más. Todos están paralizados y convertidos en solares abandonados donde están sepultados millones de euros. Además, la última reforma laboral facilita los EREs y los cierres de empresas que, hasta ahora, facturaban millones de euros.
Al menos, en medio de la avalancha de cierres y despidos, los astilleros asturianos lograron rebajar la amenaza del ‘tax lease’, aunque la competencia de los países asiáticos podría vaciar de pedidos los diques de los armadores españoles. El moderado optimismo del sector naval, es una de las pocas excepciones de la economía asturiana. En el extremo contrario está la construcción, que ha dejado un largo reguero de cierres y despidos. Contratas Iglesias (122), Ceyd (130), o Asturiana de Asfalto (50), no han sobrevivido a la caída de la demanda de obra pública en el sector. Según los datos de la patronal, a 30 de septiembre de 2013, el Principado tan sólo había licitado 39 millones y quedaban 180 pendientes de ejecución. De los 219 millones comprometidos en el Acuerdo por el Empleo (AEPA) para obra nueva, solo se licitaron 48. El desplome de la inversión pública ha hundido a los constructores. El sector ha pasado de 55.000 a 16.000 trabajadores.
El año ha comenzado con una de cal, y otra de arena, en la industria. Los sindicatos han logrado que el cierre de Felguera Melt se salde sin despidos, pero el Grupo Ros Casares prepara su marcha de Avilés, dejando en el paro a 30 personas. Y en Gijón, Sistemas Especiales de Metalización está negociando un ERE de extinción, que supondrá 48 despidos. Según los datos de los sindicatos, durante 2013 se registraron en Asturias 45 despidos diarios, y la destrucción de empleo aún no ha tocado fondo. Tras la sorpresa causada por el cierre -ERE- de Coca-Cola, ninguna empresa parece estar a salvo de la liquidación y los ajustes.»