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Trece años y un día. Es el tiempo transcurrido desde que el 30 de marzo del 2001 el Consejo de Ministros aprobó la venta de la Empresa Nacional Santa Bárbara a General Dynamics. La multinacional se hacía cargo de nueve centros de trabajo del grupo armamentístico español, que en la última década había acumulado más de 100.000 millones de pesetas en pérdidas. Otro de los compromisos era el de mantener toda la plantilla durante cinco años. La fábrica tenía entonces 213 empleados y su futuro se planteaba en el campo de las armas ligeras y los componentes aeronáuticos.
El entonces presidente de Santa Bárbara, Alfonso Villa, afirmaba que «la factoría de A Coruña tiene un futuro prometedor. No ha sido discriminada en inversiones ni en carga de trabajo». Roberto Teijido, de UGT, se mostraba contrario a la medida: «La privatización será muy perjudicial para la ciudad. Dentro de cinco años tendremos un conflicto como el de la fábrica de tabacos, con prejubilaciones y despidos».»