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«La villa moscona acogió un acto en memoria del histórico sindicalista
12.04.2014 | 01:16
Ignacio Fernández Toxo, en el atril; detrás de él, de izquierda a derecha, José María Ordóñez, Antonio Pino, Manuel Orviz, Damián Manzano y Esteban Elorza, ayer, durante el acto en memoria de Raúl Álvarez en la Casa Miranda.
Grado, Sara ARIAS Un ejemplo de la acción sindical, de los que luchan cada día afiliando trabajadores, ganando derechos y libertades paso a paso, de los que impulsaron la democracia española con tesón y esfuerzo desde la clandestinidad a la legalidad. Así describieron sus compañeros a Raúl Álvarez Arango, histórico sindicalista de CCOO en la fábrica de Armas de Trubia, en el acto en su memoria que hizo que el patio de la Casa Miranda de Grado se quedase pequeño para toda gente que ayer quiso rendirle tributo. «No daba crédito cuando el Rey dijo lo de «Suárez y yo» hablando de la democracia. No, no fueron ellos, fueron centenares de miles de personas anónimas, gente como Raúl», afirmó Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CCOO.
Raúl Álvarez fue la persona que impulsó y desarrolló las comisiones obreras en la fábrica de armas de Trubia durante la dictadura franquista. «Una persona totalmente involucrada y dedicada a lo que hacía», resumió José María Ordóñez, compañero y amigo de Álvarez. De aquellos tiempos, también habló Damián Manzano, secretario general de CCOO de Industria de Asturias. «Vivimos momentos complicados, pero no tanto como cuando se dieron los primeros pasos. Fueron personas que escribieron la hoja en blanco del futuro que teníamos por delante», dijo. Por ello, animó a defender el trabajo de Álvarez y a recoger el testigo de su labor. Una lucha en la que todos resaltaron el sentido de organización del sindicalista moscón, que «siempre valoró el apoyo de sus compañeros», apuntó Antonio Pino, secretario de CCOO en Asturias.
El acto en memoria del histórico líder sindicalista estuvo cargado de emotividad. Todos evocaron a Álvarez con cariño y, sobre todo, con admiración por su dedicación infatigable a la lucha sindical. Así lo apuntó Manuel Orviz, coordinador general de Izquierda Unida en Asturias: «Raúl nos demostró que se puede hacer democracia sin democracia, también que sin derecho a la huelga se podían hacer conquistas sociales y laborales, y cuidaba mucho de la organización. Recuerdo cómo me decía: «yo, sin estos, no soy nada», señalando a los compañeros», concluyó.
Toxo fue el encargado de cerrar el acto y aprovechó el legado sindical de Álvarez para pedir que «las conquistas que se han hecho en 35 años de democracia no pueden ser cuestionadas y mucho menos aprovechadas en una situación de crisis que permita a las élites arruinar ese cuadro de conquistas de la sociedad española». El acto por Raúl Álvarez terminó con un fuerte aplauso en memoria del histórico sindicalista, del que todos sus compañeros se despidieron con un «hasta siempre Raúl».»
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