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«Antonio Tajani, vicepresidente de la Comisión Europea, ha anunciado hoy que el CEO mundial de la empresa le ha presentado «una propuesta para evitar el cierre de la fábrica»
«Prometí actuar y hoy anuncio que Tenneco me ha presentado en Roma una propuesta para evitar el cierre de la fábrica de Gijón». Antonio Tajani, comisario de Industria y vicepresidente de la Comisión Europea, ha anunciado hoy que el CEO mundial (el máximo ejecutivo de la compañía) deTenneco le ha presentado en Roma «una propuesta para evitar el cierre de la fábrica de Tenneco». La empresa responde así a la presión de las autoridades comunitarias y al importante revés judicial que su propueta de cierre y regulación de empleo había afrontado. Ahora, la compañía plantea una nueva estrategia que pasaría por mantener abierta la fábrica durante dos años con una menor actividad. Para ello, plantearía jubilaciones anticipadas y traslados a parte de sus 216 trabajadores. La intención final de la empresa sería vender su factoría de Gijón.
«En un momento en el que la industria está volviendo al centro de la actividad económica en Europa, tenemos que evitar por todos los medios que se cierren fábricas y que se pierdan puestos de trabajo. Por tanto, agradezco de veras esta propuesta de Tenneco que permite evitar el cierre de su fábrica en Gijón al mismo tiempo que garantiza una continuidad de la actividad industrial», ha señalado el vicepresidente de la Comisión Europea, que había rechazado frontalmente el plan de cierre de la fábrica planteado por Tenneco, al considerarlo un símbolo de la deslocalización de la industria europea.
Mientras las autoridades comunitarias movían sus resortes políticos, la plantilla ha mantenido una intensa batalla judicial contra la empresa y un encierro en la fábrica que ha evitado que la multinacional pudiera desmantelar la maquinaria. De hecho, los empleados de Tenneco se han ocupado incluso de mantener operativa la maquinaria para evitar que quedara en desuso. Según han señalado en reiteradas ocasiones, la planta de la carretera de Oviedo estaría en condiciones de reanudar su actividad prácticamente de inmediato.
Los trabajadores de la planta gijonesa de Tenneco Automotive habían presentado el viernes un escrito de impugnación contra el recurso de reposición interpuesto por la empresa frente a la providencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), de 25 de marzo de 2014, por la que se obligaba a readmitir a los empleados despedidos. Según el escrito de impugnación remitido por la plantilla, sí se había entregado la documentación sobre los trabajadores que negaba la empresa, aunque por el volumen que suponía no aportaron copias, algo que subsanaron al día siguiente. Por este motivo, consideraban que «tal hecho no puede nunca ser causa de nulidad».
«Causa extrañeza a esta parte que quien alega indefensión por no disponer de la lista de trabajadores, sus salarios, sus categorías y sus antigüedades, sea precisamente quien emite tales documentos: la empresa sabe quienes son sus trabajadores, conoce a quienes ha despedido, ha establecido sus salarios en documentos al efecto, ha emitido las nóminas de todos ellos y tiene perfecto conocimiento de su plantilla», según los trabajadores. Asimismo, los trabajadores defendían que se trataba de una sentencia ejecutiva, es decir, de obligado cumplimiento, como también el que el Tribunal hay dictado una providencia y no un auto.
Por su parte, la Unión Europea presionó durante semanas a la multinacional americana para que diera marcha atrás en su decisión de cerrar su fábrica de Gijón y trasladar la producción a Rusia, en un momento en el que las previsiones y las cifras de venta de automóviles comienzan a mejorar. Antonio Tajani, dio un paso más en enero asegurando que iba a advertir a Rusia de que los responsables de la compañía «solo quieren ganar más y más dinero», sin considerar políticas a favor de los trabajadores.
Tenneco anunció su marcha del Principado tres semanas antes de que el 10 de octubre estallase la guerra comercial entre Europa y Rusia, debido a las medidas arancelarias impuestas por este país a los vehículos fabricados fuera de sus fronteras. La Comisión esperaba entonces que la multinacional norteamericana diese marcha atrás en su decisión de cerrar Gijón y trasladar la producción al Este, pero no fue así.
La Comisión Europea también puso en marcha un grupo de trabajo para tratar el cierre de la planta de Gijón y tratar de limitar así los perjuicios de los planes de la empresa.»