«Podemos subiendo en las encuestas» y «la infanta obligada por la fiscalía a declarar en el juicio de Urdangarín y a pagar 500.000 euros de responsabilidad civil«.
Sin embargo en nuestro particular microcosmos, hoy, las carreras y llamadas han dirigido su atención a otros asuntos.
Por una lado (y supuestamente), la Bella y la Bestia se han abalanzado sobre «la Nueva España» buscando un nombre que alivie el sufrimiento judicial y mediático.
Y por otro, el druida de ese pueblo de locos, se dedicó a llamar a los Registros Mercantiles de dentro y fuera de la Galia en busca de la pista de «cuarenta y dos mil millones de las antiguas pesetas».
«Varias grandes multinacionales operan en España a través de sociedades holding en Luxemburgo para evitar pagar impuestos en nuestro país y acogerse a un régimen fiscal mucho más favorable en el Gran Ducado. Entre ellas, destacan Pepsi, Ikea, Burberry, Amazon, British American Tobacco (fabricante de Lucky Strike) o McGraw-Hill (propietaria de Standard & Poor’s). Así se pone de manifiesto en los documentos secretos desvelados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés) y sus medios asociados, entre los que se encuentra El Confidencial.
Luxemburgo –que es miembro de la UE y no se considera paraíso fiscal– no tiene el monopolio de los enjuagues fiscales internacionales, ya que también existen fórmulas a través de Bélgica, Holanda, Irlanda, etc. Pero el Gran Ducado tiene tres ventajas que lo hacen enormemente atractivo: un sistema que permite reducir la tributación prácticamente a cero; la posibilidad de alcanzar un acuerdo a la carta con las autoridades fiscales (conocido como tax ruling) que garantiza que esa fiscalidad se va a mantener durante años; y la confidencialidad de estos pactos. Es decir, la documentación que ha descubierto ICIJ y a la que ha tenido acceso este diario es secreta y desconocida por la Hacienda española.»