«Los 55 despedidos de Santa Bárbara Sistemas, el intolerable clima laboral y los despidos improcedentes en el Hotel de la Reconquista, propiedad de todos los asturianos y asturianas, el desmantelamiento de la fábrica de Coca-Cola en Colloto o del Matadero Central de Asturias, en Noreña, el Centro de Empleo Especial APTA, la lavandería de Cabueñes, las trabajadoras del ERA, las subcontratas de Movistar, las y los trabajadores de Cajastur… Son sólo algunos ejemplos de empresas que necesitan la implicación de un gobierno comprometido con las y los trabajadores. Que no sea neutral ante la desigualdad.»
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«Un gobierno de cambio. Un discurso de la gente.
Discurso de Emilio León
Señorías. Ujieres y personal de la Junta General. Personas invitadas al Pleno. Saludo también a todas las personas que siguen la sesión desde sus casas y espero que, en la próxima legislatura, la juventud que se ha visto obligada a emigrar pueda regresar para seguir el discurso en nuestra tierra.
Hemos desayunado con un nuevo informe de Ceprede, que vuelve a situar a Asturies en las últimas posiciones de crecimiento del PIB. Nuestra comunidad, con el 1,7% de crecimiento, solo estaría por delante de Ceuta y Melilla. Como suele suceder, nos situamos lejos de los territorios más dinámicos, pero lejos también de la media del país.
No hace falta dramatizar, pero hemos de ser conscientes de que la situación de Asturies requiere tomar decisiones. Vamos a presentar un programa de gobierno que tiene como prioridad rescatar a la gente y recuperar el crecimiento económico. Tiempo habrá de detallar y poner en práctica las 583 medidas de nuestro programa.
Hoy, en atención a la gravedad de los problemas de nuestra tierra, vamos a exponerles el tipo de resortes que queremos utilizar ejemplificados en materias como la lucha contra la corrupción, el rescate ciudadano, la creación de empleo y la sanidad. Vamos a explicar el tipo de compromisos y actitudes con los que un gobierno de Podemos Asturies construiría un nuevo compromiso de bienestar para recuperar nuestro presente y que haya futuro para las generaciones que están por venir.
Con la mejor compañía, la de la mayoría
Dijimos que no entrábamos solos y solas a la Junta, que nos acompañarían mucho más que cien mil votantes, porque íbamos a abrir sus puertas a todos los asturianos y asturianas. No era una fórmula retórica. Le hemos pedido a la gente que nos cuente qué diría si tuviera la oportunidad de presentarse frente a ustedes. Recibimos cientos de mensajes. Algunas propuestas las citamos expresamente, pero todas, incluso las que nos critican, nos hacen sentir orgullo por lo que estamos haciendo con Podemos.
Nos hacen sentir orgullosas y orgullosos de prestar nuestra voz a una ciudadanía en cuyo nombre nos sentamos en estos escaños, que no son nuestros.
Tengo la responsabilidad de trazar en este discurso las líneas clave de un gobierno de cambio, un gobierno fuerte que lo sea porque parte del discurso de la gente. Por eso no van a escuchar, por primera vez, ni el monólogo de un candidato ni las consignas de un partido.
Este es el discurso de la gente y, si me lo permiten, quisiera comenzar mi intervención citando a la ciudadana Verónica Farpón:
“Yo no quiero oír palabras bonitas, que de eso ya estamos hartos. Yo quiero ver que de verdad trabajáis para que la gente como yo, que somos la mayoría, podamos estar aunque sea un poquito mejor. Mi hijo empieza al instituto y estoy esperando por la mísera beca de 105 euros, que encima este año no te dan ni el dinero, mientras tengo que ver cómo a estos señores les parece indigno cobrar 1.950 euros”.
A muncha xente yá nun-y val sentir pallabres guapes y paez qu’a lo cabero a la política profesional nun-y queda nin eso. Pero per munchu tiempu paecía que yera abondo. Con pallabres cada vuelta menos guapes y más fees, pidiósenos un esfuerzu en nome de la patria, del bien común. Díxosenos que los recortes yeren imprescindibles pa salvar el país, que yera normal que los grandes executivos cobraren cientos de miles d’euros y que tiñeren d’oru los sos paracaídes. Siempre había una respuesta pa que la gran mayoría aguantáremos un pocu más. Y de la que’l barcu fundía, pidiósenos que nos sacrificáremos pa salvar a la primera clase.
Pero en algún momento la gente dejó de aceptar el trato. ¿Por qué debe tener un directivo de banca una jubilación millonaria mientras el hijo de Verónica espera por una beca de 105 euros que no llega? ¿Por qué es indigno vivir con 1.950 euros mientras miles de asturianos y asturianas se preguntan cómo llegar a fin de mes.
En algún momento, la gente se dio cuenta de que las palabras no pueden ocultar la realidad.
Por más que las instituciones intenten cambiar el nombre de las cosas, la gente se abre camino. Hace más de 60 años, cuando este país vivía sometido por un régimen en el que una palabra equivocada podía llevarte a la cárcel, o incluso costarte la vida, una plaza de Uviéu fue bautizada como “plaza del Generalísimo”. Sin embargo, pocos la llamaban así, y el nombre popular se impuso: plaza de la Escandalera. Suele suceder que las instituciones viven ritmos diferentes a los de la sociedad, pero el sentido común siempre termina acampando.
Cuando en 2011 salimos a las plazas no nos preocupaban los nombres de las cosas. No nos preocupaban ni las etiquetas, ni el origen político de las personas con las que nos íbamos encontrando. Lo único que nos preocupaba era encontrar soluciones, abrirnos camino.
¿Alcuérdense de 2011? La mayoría d’ustedes taben yá equí. La mayoría d’ustedes lleven equí dende va años, munchos años. De la qu’en 2011 arrodiamos la Xunta Xeneral, nun tábemos faciendo un asediu, como dellos lo interpretaron, sinón dando un abrazu. Namás queríemos tresmiti-yos qu’ustedes nun taben resolviendo los nuesos problemes. Queríemos dici-yos que reivindicábemos que la política-y pertenez a la xente y presentámonos a les eleiciones pa que la Xunta nun volviere a responder con silenciu a les xustes demandes del pueblu. Presentámonos a les eleiciones porque se nos acabó la paciencia primero que la esperanza.
En 1979, la realidad de la gente alcanzó, por fin, a las instituciones, y la plaza de la Escandalera recuperó su antiguo nombre. Fue un pequeño símbolo de una etapa que comenzó llena de promesas, pero que terminó frustrando las esperanzas de cambio. Durante los años ochenta y noventa la ilusión de la gente se fue diluyendo a golpe de desindustrialización y privatizaciones, de prosperidad que saboreaban unos pocos mientras que los esfuerzos se cargaban en las espaldas de siempre.
Durante los últimos años hemos asistido a todo tipo de escándalos de corrupción, sobrecostes a expensas de nuestros derechos sociales y laborales… La sociedad pudo haberse dirigido hacia movimientos reaccionarios, como sucedió en otros países, pero aquí cientos de miles de personas gritaron en las plazas que querían más democracia y representantes públicos comprometidos con el bienestar de todo un pueblo.
Podemos es una más de las manifestaciones de esa esperanza. La gente está buscando una democracia más auténtica de mil maneras diferentes, a través de asociaciones y movimientos sociales, o a través de gestos individuales.
Este país ha recibido una segunda oportunidad para alcanzar un cambio real y, por encima de siglas, estamos obligados y obligadas a aprovechar este momento histórico.
Un ciudadano explica con lucidez la decisión que hemos de tomar. Permítanme que lea unas palabras de Santiago Tiscar:
“Hoy en Asturias tenemos que decidir si somos de nuevo vanguardia o seguimos siendo lo que hemos sido en los últimos tiempos, espectadores mudos y sordos, a la espera de tiempos mejores. Y esa respuesta es la que espera la ciudadanía, la respuesta a la oportunidad que ha vuelto a dar a sus representantes, ser impulso o ser freno de lo inevitable”.
Los protagonistas de la política han cambiado, señorías. Todos y todas tendremos que hacer un esfuerzo para acostumbrarnos. Ustedes van a tener que acostumbrarse a vernos por los pasillos de la Junta en compañía de distintas organizaciones sociales, porque ésta es también su casa.
Van a tener que acostumbrarse a encontrarse con gente que quiere participar en la democracia. Gente a la que no vamos a negar la luz ni para sus hogares, ni para sus vidas, ni para que compartan con nosotros y nosotras, sus representantes, este hemiciclo, en el que reside la voluntad popular. Gente que no les debe favores ni pleitesía, que no va a inclinar la cabeza. Gente que les va a mirar a los ojos, de igual a igual, porque saben que ésta es su casa y que no se les puede ningunear. Quizá sientan ustedes que están encerrados con cientos de miles de personas. Quizá lleguen a sentirse aislados en la cámara, sin embargo la intención de este grupo parlamentario es ayudarles a que se acostumbren. Queremos invitarles a un gobierno de cambio.
La corrupción como freno de la economía
Ese cambio es inevitable, porque la gente no va a permitir que las instituciones vuelvan a colocarse de espaldas a la ciudadanía. La primera gran oportunidad de cambio en esta tierra se malgastó cuando el único pozo en el que no se dejó de cavar fue el ‘Pozo corrupción’. Los efectos de la prevaricación han sido devastadores: el fraude fiscal, el clientelismo, la malversación de fondos… También fue devastadora la arbitrariedad en la aplicación de las leyes, la ocultación de información y la opacidad de los debates políticos.
Investigadores de la Universidad de Las Palmas cifraron en 2013 en 40.000 millones de euros el coste social de la corrupción en España. Sabemos que los corruptos son unos pocos, no aspiramos a sustituir a la Diputación permanente por la imputación permanente, pero es una tarea conjunta impedir que la lacra de la corrupción siga desangrando la economía de nuestra tierra.
Desgraciadamente, Asturies ocupa un lugar privilegiado en el mapa de la vergüenza, que va de la ‘A’ del caso Abogados en Melilla hasta al caso ‘Zeta’ en Galicia. Un estudio elaborado por el departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna, indica que, entre 2000 y 2010, se produjeron casos de corrupción urbanística en uno de cada cuatro concejos asturianos.
Además de liderar las ligas locales, Asturies juega en esta materia también en las competiciones internacionales. Nuestra economía representa el 0,25% del PIB de la UE, mientras que los sobrecostes de El Musel representan el 25% de la corrupción relacionada con fondos europeos de 2014, según certificó la OLAF que, les recuerdo, no es la madre de Viky el Vikingo sino la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude.
Los asturianos y les asturianes nun tenemos un xen o una proteína que nos faiga más corruptos que los daneses o les alemanes. La corrupción política nun ye natural nin xenética. Ye una cuestión de voluntá política y un verdaderu compromisu cola ética de lo común, como quedó plasmao nel fracasu d’iniciatives como la Llei de Tresparencia o la Llei de Buen Gobiernu na pasada lexislatura. Palabres guapes y compromisos d’investidura de 2012 que, tres años depués, siguen ensin ver la lluz.
El fraude foi ún de los seis cargos del escritu d’acusación de la Fiscalía Anticorrupción nel casu d’El Musel. ¿Cómo podemos mirar pa otra parte cuando de les arques publiques salieron 250 millones d’euros en sobrecostos pa pagar l’ampliación del puertu d’El Musel? ¿A quién queremos engañar mancomunando les responsabilidaes nel casu d’El Musel, como fizo recientemente’l señor Rexach al declarar énte l’Audiencia Nacional que toles actuaciones “fueron avalaes pol conseyu d’alministración, Puertos del Estado y el Ministeri de Fomento”?
Nel casu d’El Musel, fálase de dobles contabilidaes, d’hasta 88.000 tresportes suxetos a doble contabilidá, de cómo se facturó por unos materiales pétreos que nunca llegaron a les obres del puertu, y de cómo l’Autoridá Portuaria de Xixón aceptó pagar un costu unitariu más eleváu polos materiales suministraos de canteres que’l previstu nel contratu. Paez que se pagó con fondos públicos gastos materiales que nunca se producieron, xenerando un voluminosu sobrecostu, qu’incrementó por tanto’l beneficiu de l’adxudicataria de la obra de forma totalmente inxustificada y inxustificable.
L’Asturies que madruga ta farta d’almorzar portaes que s’asemeyen a orles de corruptos. Al que trabaya d’a diario por un salariu mínimu, a los que busquen trabayu cuantayá o nunca lu tuvieron, a los que tienen que marchar pa poder sobrevivir, a los que miren poles sos persones más queríes en situaciones cada vez más difíciles, yá nun-yos val con que s’eche del partíu coloráu o del partíu azul (cuando se los echa) a los políticos corruptos, o que se los obligue a dimitir cuando yá esisten causes d’imputación en marcha y yá intervinieron xueces, fiscales y tribunales.
Les voy a contar una historia que puede que algunos conozcan y les sonroje. A mí, personalmente, me resulta impactante. Es la historia de María Severina, una anciana inválida de 97 años a la que la Agencia Tributaria acusó en 2009 de evadir impuestos de una empresa que estaba, presuntamente, a su nombre. Esta avilesina que no tenía ni tarjeta de crédito había sido, ¡obviamente!, estafada por alguien que usaba sus datos bancarios para cometer un fraude. Su hija denunció el delito en comisaría, pero la policía archivó la denuncia. Imaginen toda una vida de trabajo para en tu vejez tener que pasar por ese trago. Pasaría un año hasta que otra señora, Azucena, fue a la comisaría con una denuncia similar. Hacienda le reclamaba casi 130.000 euros.
Una funcionaria estaba detrás de ambas presuntas estafas. Una funcionaria, Marta Renedo, que trabajaba codo con codo con Riopedre en el gobierno socialista. Las estafas a María Severina y Azucena destaparían una de las mayores tramas de corrupción de la historia de Asturies: el caso Marea. Mientras un ex consejero de Educación -y su equipo- disfrutaban de viajes de lujo a Tenerife o de cruceros por el Báltico, se adjudicaban todos los contratos de la Consejería de Educación a empresas como APSA e Igrafo, incluso al del hijo del propio consejero.
De too esto nun faltaron testigos, trabayadores públicos y ciudadanos y ciudadanes d’a pie que vivieron con impotencia l’ausencia de mecanismos pa denunciar una rede clientelar de favores. El deber de secretu dientro de les alministraciones convirtióse nuna suerte de ‘omertá’, un pautu de silenciu pa nun denunciar los casos de corrupción por mieu a les consecuencies.
El verdadero compromiso en la lucha contra la corrupción se demuestra tomando en serio las evidencias que señalan la existencia de prácticas fraudulentas.
Existen suficientes herramientas que ya han sido contrastadas a nivel internacional, mecanismos que apuntan a las causas de la corrupción y tratan de imposibilitar su generalización.
En nuestros primeros 100 días de gobierno vamos a traer a este parlamento un paquete de medidas anticorrupción para evitar que sigan sucediendo episodios tan lamentables de nuestra historia reciente como el caso Marea.
Una de esas medidas será la creación de una Oficina Virtual Anticorrupción, que permitirá a los y las empleadas públicas señalar irregularidades de forma confidencial. ¿Cuántos casos de corrupción hubiésemos evitado si alguien hubiese informado a tiempo?
Como es lógico, la medida requiere que se garantice su independencia respecto a injerencias políticas. Por ello, ligada a la Oficina Virtual Anticorrupción proponemos la creación de una Unidad Anticorrupción, formada por un cuerpo de funcionarios/letrados del Principado elegidos de acuerdo con criterios de igualdad, mérito y capacidad, para garantizar su independencia. y poder fiscalizar la actividad administrativa del Principado y de los ayuntamientos asturianos.
La administración asturiana tiene que ser el kilómetro cero de la lucha contra la corrupción porque la corrupción dificulta la creación de empleo. Según estudios de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, sólo en Asturies, entre 800 y 1.000 millones de euros se nos caen cada año a las alcantarillas de la corrupción. En términos de empleo supondría crear más de 30.000 puestos de trabajo digno. El paro no sólo es un problema económico, también es un problema ético.
No degradamos las instituciones cuando pedimos limpieza. Las degradamos cuando no tomamos las medidas para garantizar la honestidad de esas instituciones.
Cuanta mayor transparencia y compromiso con la ética pública seamos capaces de demostrar, mayor dignidad lograremos para nuestras instituciones. El problema fundamental de la transparencia tiene que ver con la propia cultura política de los actores institucionales. Proponemos así un código ético de los representantes políticos, de modo que cualquier ciudadano podrá denunciar públicamente su incumplimiento.
La dignidad de la Junta General la marcan las políticas que se desarrollan en ellas y la altura ética y moral de sus integrantes, no las retribuciones que perciben.
Logros de la nueva política
Dijimos que veníamos a cambiar la política, pero que la política no iba a cambiarnos, y lo hemos demostrado. Nos comprometimos a no financiarnos a través de créditos bancarios, porque únicamente queríamos contraer deudas con la gente. Nuestras campañas electorales no solo han sido austeras, sino que le han ahorrado dinero al erario público. Solo en la campaña de las elecciones autonómicas, Podemos le ha ahorrado al Estado 3,9 millones de euros. En Asturies le ahorramos a la comunidad 90.000 euros al renunciar a gran parte de las subvenciones electorales.
Creemos que vincular los salarios de los diputados y diputadas al Salario Mínimo Interprofesional es una forma de dignificar la Junta General. El Comité Europeo de Derechos Sociales denuncia que el Salario Mínimo en España “no garantiza un nivel de vida digno” y mientras tanto sus señorías consideran que 1.950 euros no bastan para mantener su tren de vida. Pero la gente en la calle les ha contestado alto y claro: intenten vivir con 648,60 euro. Intenten sacar adelante una familia con 900 euros.
No obstante, en todo caso, la cifra no es lo más importante. Hemos establecido que el sueldo para un diputado sea de tres veces el SMI. Pudieron haber sido cuatro veces, o dos y media. Lo importante era vincular la vida de los políticos a la de la gente normal. ¿Consideran sus señorías que cobrar 1.950 euros es poco? Lo tendrían fácil: establezcan medidas eficaces para que el SMI aumente y también aumentará su salario. Mejoren la vida de la gente y mejorará la suya propia.
Es normal desconfiar de un cambio de enfoque tan profundo, pero creo que si lo meditan terminarán por darnos la razón: vincular el sueldo del político al sueldo de la gente normal no sólo es dignificar la vida social, sino la institucional. Por primera vez, los políticos tendrían un interés directo en que la cesta de la compra resultase más barata. Cuando saliéramos por la puerta de la Junta a tomar un café nos preocuparía realmente que el café fuera más caro. Podemos convertir la Junta General en un ejemplo para el país, incluso para el mundo.
Digo “podemos”, pero, en realidad, hemos perdido ya varias oportunidades para lograrlo. Esta cámara votó en contra de la limitación salarial. También votó en contra de un reparto proporcional de los espacios, y en contra de la reducción de asesores y subvenciones a los grupos parlamentarios. Días antes, un acuerdo a espaldas de la cámara votó una composición de la Mesa del Parlamento que no recogía nuestra propuesta de proporcionalidad. Creo que la irrupción de Podemos les ha resultado, en cierta forma, entretenida. Vamos a decirlo claro: se han empeñado ustedes en dejarnos claro cuál es nuestro sitio.
Sabemos perfectamente cuál es nuestro sitio. Venimos a la institución a abrir puertas y ventanas, no a enzarzarnos en discusiones de patio de colegio para ver quién tiene el despacho más grande. Estamos un poco mayores para jugar al juego de las sillas, y si tenemos que sentarnos en el suelo para que otros se queden los despachos con terraza, no esperen que hagamos pucheros. Sabemos dónde está nuestro despacho y, además, la gente no nos permitirá olvidarlo.
Como me escribió hace unos días Nacho San Marcos:
“Emilio León, lo que ellos no saben es que tu despacho es el mayor en metros cuadrados, porque es la calle…. Y tus secretarios, portavoces, asesores y representantes somos todos.… Nuestros móviles, tablets y ordenadores son tuyos… ¡Díselo a ellos bien alto!”.
Ese es nuestro lugar, señorías. Y, con todo respeto, aspiramos a convencerles de que también es el suyo.
No basta cambiar de pilotos, necesitamos un cambio de rumbo
La gente nos ha invitado a convertir el gobierno de Asturies en el gobierno del cambio, pero tengan claro que la invitación no es de por vida.
Ya han pasado los tiempos en los que la sociedad se sentaba a esperar que los líderes políticos resolvieran sus problemas. Verán. En el momento en que las plazas estaban a rebosar se hizo popular la siguiente historia. Un avión, repleto de pasajeros, está esperando que llegue la tripulación para despegar. Entra una azafata, les da la bienvenida, y detrás de ella aparecen dos personas con uniforme de piloto, gafas negras y bastones blancos, y que van directamente a la cabina del avión. Los pasajeros comienzan a murmurar nerviosos. Al escuchar esto, la azafata aclara: “Son el piloto y el copiloto que van a comandar esta nave”. “¡Son dos ciegos!”, grita un pasajero. “No teman: hace años que vuelan y nunca ha sucedido ninguna tragedia”.
Los pasajeros, a pesar de no entender eso tan extraño, esperan el despegue. El avión se pone en marcha y comienza a recorrer la pista. La aeronave aumenta la velocidad y pasa delante de un panel de señalización: “Fin de la pista a 1.000 metros”. El avión continúa, sin dar señales de levantar el vuelo, pasando por delante de un nuevo cartel indicador: “Fin de la pista a 500 metros”… y sigue sin despegar. Los pasajeros entran en pánico y algunos comienzan a gritar, al principio discretamente, pero luego esos gritos se transforman en aullidos de terror. Cuando va a finalizar la pista, el griterío se hace infernal. En ese mismo momento, cuando todos creen que van a una muerte segura, la nave inicia el despegue con toda normalidad. Ya en el aire y con la nave estabilizada, el piloto le comenta al copiloto: “El día que esta gente no grite, terminamos estrellados contra los edificios de enfrente”.
En aquel momento en las plazas habitaba el sentimiento de que quienes estaban en los puestos de mando de nuestras instituciones no eran capaces de ver y sentir las consecuencias de las políticas aplicadas. Si no fuese por los gritos de la gente que se moviliza en defensa de sus puestos de trabajo, en defensa de las conquistas del Estado de Bienestar, o reclamando garantías legales para los derechos civiles, este país y muchos otros ya se habrían estrellado contra los edificios de enfrente.
Pero ni entonces ni ahora la sociedad se conforma con un recambio de pilotos, sino que demanda cambiar el rumbo y dirigir el vuelo.
La gente ahí fuera no espera que le expliquemos lo que va a pasar, sino que escuchemos sus demandas y resolvamos sus problemas con una buena dosis de sentido común.
Por eso en Podemos elaboramos un programa que recogió cientos de propuestas ciudadanas y las convirtió en un programa de gobierno con ayuda de expertos en sus respectivos campos. Por eso cuando les proponemos medidas de sentido común sabemos perfectamente de lo que estamos hablando.
Rescate ciudadano y soluciones en el largo plazo
La realidad nos muestra cada día que la crisis económica supone un duro golpe para la ciudadanía asturiana, agravada por las políticas económicas impulsadas por el Gobierno del Partido Popular y acatadas por un Gobierno asturiano obediente y disciplinado.
Al mismo ritmo que se dilapidaba el dinero público en verdaderas tumbas de hormigón, innecesarias o inacabadas, la experiencia cotidiana de sectores cada vez más amplios se volvía crecientemente desesperanzadora.
Mientres que se marafundiaben les perres públiques en verdaderes tumbes de formigón, innecesaries o inacabaes, la esperiencia cotidiana de seutores cada vuelta más grandes tornábase cada vez más desesperanzadora.
Hai seutores na sociedá asturiana que demanden soluciones yá pa los problemes prioritarios y proyeutos de futuru qu’avalen un crecimientu económicu que seya quién a dignificar les sos vides. Precisen de midíes urxentes de rescate, que seyan a executase cola mesma velocidá y concreición cola que los gobiernos del bipartitu vinieron al rescate de los sos bancos y de los sos intereses económicos. Nesta ocasión les midíes van ser pa salvar a la ciudadanía, a la xente común que sufre los desahucios, la probitú enerxética, la imposibilidá de pagar un alquiler, les medicines o, nel peor de los casos, los alimentos pa subsistir..
Si esto les parece exagerado les recuerdo que, según el Instituto Nacional de Estadística, más del 25% de los y las habitantes de Asturies se encuentran en situación de falta de recursos o en riesgo de exclusión. Más alarmante aún resulta que 80.000 personas vivan directamente en la pobreza o en la exclusión social.
Nuestro programa de gobierno para el cambio supone lanzar con carácter urgente medidas como la habilitación de un fondo público para garantizar la alimentación básica, especialmente en las escuelas, el alojamiento, el suministro de energía, la salud y el acceso a la sanidad, la cultura y el deporte a las familias más golpeadas por la crisis económica, excluidas o en riesgo de exclusión.
Estas medidas contribuirán a impulsar un empleo de calidad, que sirva tanto de freno al éxodo de la juventud asturiana como de palanca para igualar el acceso de las mujeres al mercado laboral, reduciendo una escandalosa brecha salarial existente entre hombres y mujeres que no ha cesado de aumentar con la crisis.
Las cuentas salen si dejamos de engordar los bolsillos de quienes especulan con lo de todos. En el año 2014 el gasto medio en alimentación por persona en Asturies fue de 1.690 euros al año (140 euros al mes). Según el informe Foessa de 2014 hasta 50.000 personas podrían necesitar ayuda alimentaria urgente, lo que presupuestando una cobertura del 70% del gasto medio representaría un coste de 1.200 euros anuales (100 euros mensuales por persona). En resumen, con un presupuesto de 60 millones de euros anuales podríamos habilitar un fondo público para garantizar el derecho a la alimentación.
Recursos los hay, pero debe haber voluntad de utilizarlos. Por ejemplo, es posible ampliar el censo de viviendas sociales mediante un programa de rehabilitación para hacer frente a situaciones de emergencia social. La PAH ha denunciado que hay casi 2.000 viviendas sociales vacías en Asturies: ¿les parece normal?
La macroeconomía no puede maquillar la realidad, las grandes cifras ocultan a las pequeñas, las que se viven a pie de calle. En el primer trimestre del año Asturies sufrió casi cuatro desahucios diarios de promedio, provocados en su mayor parte por impagos del alquiler. Las cifras son similares a las de 2013. La estadística del Consejo General del Poder Judicial muestra que la crisis ha llegado por oleadas a los juzgados asturianos y que aún no se ha alejado. Si quienes nos gobiernan han visto incrementado su patrimonio y el de su entorno desde 2008, es difícil que no confundan el estallido de la burbuja inmobiliaria con el de una pompa de jabón.
El gobierno que aspiro a presidir trasladará a esta cámara nuestra experiencia de trabajo con los movimientos sociales, porque es importante no perder la perspectiva a la hora de legislar. Por eso aplicaremos un paquete de medidas contra los desahucios cuya utilidad ya ha sido contrastada. Medidas que se pueden aplicar aprovechando mecanismos legislativos ya existentes, y que solo necesitan de voluntad política para implementarse. Medidas urgentes, contra las que algunos hemos luchado, que algunos hemos sufrido, y que hablan a todos de la dura situación en la que viven parte de nuestros conciudadanos y conciudadanas.
Creemos que es viable implantar un programa de intermediación entre propietarios e inquilinos gestionado por la empresa pública Vipasa (que incluya seguro de pagos y desperfectos, mantenimiento, comunidad y ayudas al alquiler), con el objetivo de ampliar el parque de viviendas en alquiler, con un presupuesto estimado de tres millones.
También crearemos un parque público de viviendas sociales con alquileres reducidos mediante acuerdos de colaboración con entidades financieras propietarias de viviendas vacías y con la Sareb. Haremos que los bancos que tienen casas vacías las pongan en alquiler. Nadie puede quedarse atrás. Las entidades cederán la gestión de sus viviendas a la Administración, que les compensará con un alquiler que no habrá de superar el 30% de los ingresos de la unidad familiar.
Para la adopción de estas medidas no necesitamos esperar a aprobar un presupuesto en 2016: basta con un gobierno resuelto a exprimir las maltrechas cuentas del pacto presupuestario del PSOE y del PP. Para empezar, tras un detallado estudio, se podrían destinar al Rescate Ciudadano al menos 40 millones de euros procedentes de la renegociación de la deuda con bancos, y de la modificación de gasto presupuestario de las partidas de consumos y bienes de servicios indeterminados y de inversiones sin especificar en el presupuesto.
Claro está, esto supone que los representantes institucionales no dependan de los bancos que financien sus campañas. Requiere que nuestros representantes miren frente a frente a los altos directivos de estas entidades y les expliquen que llegó el momento de devolver la deuda que tienen contraída con la sociedad.
Planteamos revertir esta situación. Estamos decididos a poner en marcha mecanismos que garanticen la dignidad de las condiciones de vida. El Procedimiento de Emergencia Ciudadana es fundamental porque hasta ahora los trámites administrativos han servido de excusa para disimular la falta de decisión política. Basta recordar que durante diez años hemos oído hablar de la necesidad de un programa informático que agilice la tramitación de las solicitudes del salario social, mientras que el Candy Crash tardó apenas unos meses en estar al alcance de los móviles de sus señorías.
Los pagos relacionados con el rescate ciudadano serán los primeros en efectuarse después del pago de las nóminas de los empleados públicos. De este modo, partidas como las dietas o las destinadas a protocolo para altos cargos, al igual que las destinadas a publicidad institucional, quedarán retenidas hasta el cumplimiento de los pagos prioritarios correspondientes.
En caso de que yo presida Asturies, no faltará la voluntad política para aplicar estas y otras medidas, imprescindibles para superar la emergencia social en la que llevamos años instalados. Pero necesitamos aunar esfuerzos para superar nuestras diferencias y buscar puntos de encuentro que trasciendan las lógicas de partido. Nuestro gobierno sería un espacio de encuentro entre la gente y las instituciones. Un espacio en el que no puede faltar el consenso, pero un consenso establecido siempre a partir de bases programáticas, no reediciones de viejos pactos que llevan décadas fallando.
Derecho a salud y medio ambiente
En materia de sanidad nos hemos topado con un escollo difícil de superar a la hora de elaborar nuestro programa: es imposible acceder a los indicadores asistenciales y de salud más elementales. La única herramienta disponible es la página Astursalud, y esta no ofrece más que una caricatura de lo que debería ser un portal de transparencia.
Esto es demoledor: no se publican datos oficiales acerca del principal bloque de procesos que se realizan, más de dos millones en 2014. Considerando las nuevas tecnologías disponibles -recordemos los 16 millones desembolsados en Millenium-, cabría pensar que la ausencia de información es deliberada. Intencional o no, lo que es seguro es que encubre al resto de males y obstaculiza la búsqueda de soluciones.
Pero las cifras tienen vida propia y desbordan cualquier intento de contención. Las sufre el médico de primaria que solicita una ecografía y recibe el resultado un año después. O el neurólogo que pide una resonancia y se la fían a seis meses.
Entre nuestras propuestas de gestión ocupan un lugar central la evaluación económica, la reversión de externalizaciones ineficientes y la reinversión.
Sin conocer las necesidades, la planificación adecuada de los recursos es inviable. Tampoco es posible rectificar medidas sin conocer resultados. La transparencia es vital para la Administración, y en el caso concreto de la sanidad, que consume el 36% del presupuesto autonómico (1.500 millones de euros) lo es doblemente.
Por ello, planteamos en nuestro programa que el actual Portal de Transparencia del Principado detalle pormenorizadamente toda la información referente al sistema sanitario, siendo necesario completar el desarrollo del Observatorio de Salud en Asturies como espacio para recopilar datos, estrategias y resultados de salud en nuestra comunidad.
Conociendo las listas por servicios y hospitales sabremos qué hace falta en cada lugar. Solo así podremos abordar con seriedad las ofertas públicas de empleo necesarias para frenar la precarización y descapitalización de la plantilla del Sespa. Si no son suficiente motivo los 1.700 empleos perdidos, o el nivel récord de eventualidad, que acumula fallos judiciales, sí podría serlo el ejemplo de otras comunidades. En los últimos diez años Galicia, Cantabria y Castilla y León ya han convocado tres, mientras en Asturies tan sólo se llevó a cabo una.
lncluyendo la información económico-financiera, no sólo de presupuestos, sino de costes de ejecución, seremos capaces también de valorar la eficiencia de las externalizaciones. Algunas de estas privatizaciones ya han sido puestas en evidencia, por ser más costosas que el servicio público preexistente.
Si a la transparencia le sumamos actuaciones orientadas a denunciar el fraude comercial, si fortalecemos la unidad común de compras e implementamos guías fármaco-terapéuticas, podríamos evitar el malgasto de hasta el 5% del presupuesto sanitario, 75 millones de euros. Este es el volumen que, según el “Informe de la Comisión Europea de 2013 sobre el Fraude Sanitario”, se pierde cada año en nuestros centros.
Es evidente, pues, que existe un retroceso. Es más discreto y sutil, pero no menos importante. Viene de atrás, es estructural, constante y planificado. Se ampara en la Ley 15/97 “de nuevas formas de gestión”, aprobada con los votos tanto del PP como del PSOE. Responde a un mismo objetivo: trocear la sanidad y entregarla al mercado.
Por eso decidimos ponernos del lado de la gente quiere decir mirar en primer lugar por su salud y, en segundo, por su sanidad. Nos preocupan las quejas del personal sanitario, o las deficiencias en la atención básica. Por eso, a la hora de elaborar nuestro programa de sanidad quisimos contar con los profesionales sanitarios y con las y los usuarios. Con quienes llevan toda su vida trabajando en los centros, quienes conocen de primera mano el deterioro de nuestro sistema público, y que luchan por evitarlo. Usuarios como Marian que, de forma rotunda, nos decía:
“Los recortes matan, y no se puede seguir recortando en sanidad, uno de los pilares de la sociedad justa y equilibrada que buscamos”.
Pero mientras defendemos a bata y espada nuestro sistema sanitario, resultaría profundamente incongruente continuar degradando el medio ambiente, determinante clave de nuestra salud.
Un reciente informe de Greenpeace situaba a la zona central de Asturies a la cola del Estado en calidad ambiental. Según Ecoloxistes n’Aición hasta un 84% de la población asturiana respira aire contaminado. Las mediciones superan registros peligrosos para la salud, según la OMS.
Es urgente asumir la responsabilidad que supone la salud de nuestros conciudadanos y conciudadanas y elaborar planes de mejora de la calidad del aire que se basen en medidas racionales y contundentes: necesitamos cambios estructurales en la movilidad para fomentar el transporte público y la accesibilidad, y un cambio hacia un modelo energético basado en fuentes renovables.
En este contexto, parece un despropósito afrontar nuevos proyectos contaminantes, como el de la incineradora, proyecto que incumple la jerarquía de prioridades en la gestión de los residuos establecida por la Directiva Marco Europea de Residuos.
Frente a este tipo de infraestructuras, nos comprometemos a impulsar alternativas como las que ya están funcionando en el resto de Europa, donde la apuesta por el reciclaje multiplica por cinco el número de puestos de trabajo creados por quienes pretenden, como aquí, apostar por la contaminación.
Sin medio rural no hay Asturies
De todos los datos sociodemográficos autonómicos, quizá el más preocupante sea el declive demográfico. El último descenso computado por el INE deja la cifra de residentes a 1 de enero de 2015 en 1.049.754 habitantes. Es la caída más pronunciada del país en términos relativos. Se perdió, aproximadamente, tanta gente como el censo de Pravia, más de 9.200 personas.
Según todos los informes, este declive demográfico va a ser tan pronunciado que en Asturies se van a rebajar las tasas de paro. No porque vayamos a crear empleo, sino porque vamos a perder población en edad de trabajar. Y ese declive de población no se distribuye homogéneamente.
No puede tener un proyecto de país quien no entienda que sin medio rural no hay Asturies. Para Podemos, cada concejo es central en la construcción equilibrada del territorio, herramienta imprescindible para la convivencia social.
Creemos firmemente que es posible combatir la despoblación, y para eso necesitamos de nuevo evitar recetas fracasadas. Las zonas rurales de las alas y del centro no son sólo un museo.
Muchos de sus recursos permanecen inutilizados por dejadez política y por las trabas burocráticas. Un aprovechamiento racional de esos recursos nos permitiría crear las condiciones para que las familias de la zona rural puedan quedarse a vivir en su tierra. Debemos ‘desbrozar’ la Administración y ‘abonar’ con inversión pública. Las telecomunicaciones son esenciales para eliminar obstáculos, así como el mantenimiento de las redes viales. Mejorar la comunicación en las zonas rurales debe ser una tarea constante para cualquier gobierno serio, nunca un ejercicio de propaganda que dura lo que las campañas electorales.
Nuestra prioridad en el medio rural será igualar en derechos. Las barreras que sufre el medio rural a la hora de acceder a la educación, la sanidad, la gestión pública, los servicios sociales o a la cultura constituyen una merma de derechos inaceptable. Garantizar los servicios públicos en el medio rural es una prioridad del rescate ciudadano, porque es justo compensar a quien vive en un territorio con más dificultades.
Laboral
Asturies tiene una de las tasas de actividad más bajas del Estado, y la gestión de la crisis no ha hecho más que profundizar su estancamiento. No solo han resultado afectados los colectivos más vulnerables, como puedan ser jóvenes, mujeres, o mayores de 50 años, sino que los salarios, según un informe de la UGT, se han reducido en un 9%. A esto hay que añadir que la larga duración de la crisis está provocando un reducción drástica en la tasa de cobertura de desempleados con prestaciones económicas.
Esto me envía Marco Antuña, de la Asamblea de Trabajadores de Empresas en Lucha:
“Los problemas más acuciantes que hoy en día sufre Asturias son los relacionados con el empleo: el crecimiento del paro hasta límites insostenibles, los cierres de empresas, los EREs promovidos al amparo de la genocida reforma laboral del PP, la precarización del empleo existente, el crecimiento del número de trabajadores cuyos salarios no les permiten cubrir las necesidades básicas, la falta de futuro laboral de la juventud que se ve obligada a emigrar, el empobrecimiento de muchos hogares. El gobierno asturiano no puede ni debe ser neutral ante la pelea de los trabajadores por sus puestos de trabajo y por unas condiciones laborales y salariales dignas”.
Los 55 despedidos de Santa Bárbara Sistemas, el intolerable clima laboral y los despidos improcedentes en el Hotel de la Reconquista, propiedad de todos los asturianos y asturianas, el desmantelamiento de la fábrica de Coca-Cola en Colloto o del Matadero Central de Asturias, en Noreña, el Centro de Empleo Especial APTA, la lavandería de Cabueñes, las trabajadoras del ERA, las subcontratas de Movistar, las y los trabajadores de Cajastur… Son sólo algunos ejemplos de empresas que necesitan la implicación de un gobierno comprometido con las y los trabajadores. Que no sea neutral ante la desigualdad.
Nos pone en alerta Carlos Damián:
“Para crear empleo es fundamental conocer en qué condiciones se trabaja, con el fin de ganar más dinero se incumplen las leyes del Estatuto de los Trabajadores. Esto se produce por un acuerdo tácito entre empresas y trabajadores que elimina convenios de un plumazo y evita así la unión de los trabajadores a la hora de reivindicar un salario acordado”.
Por eso proponemos la inclusión de cláusulas sociales en los contratos de las empresas con la Administración, el refuerzo de la Inspección de Trabajo en materia de explotación laboral o el desarrollo de sellos de calidad en materia de responsabilidad social para las empresas asturianas.
Defendemos que la creación de empleo pasa por políticas de redistribución de rentas que estimulen el consumo y reactiven la economía a través del aumento de la demanda privada. Únicamente si la ciudadanía recupera el poder adquisitivo y consumen más bienes y servicios, las empresas decidirán realizar inversiones y contratar nuevos empleados. El rescate ciudadano o el pago del salario social son también un instrumento de reactivación de la economía a través del incremento de la demanda interna de productos básicos.
También planteamos medidas para incrementar la tasa de actividad que se relacionan con la equidad de género, la inversión en la economía de los cuidados y el empleo en el ámbito de la dependencia. Durante esta legislatura, asimismo, impulsaremos la integración de la red de escuelas infantiles públicas de 0-3 años en la Consejería de Educación, asegurando su gratuidad. En los primeros 100 días de gobierno también resolveremos las solicitudes pendientes en materia de dependencia.
Si hablamos de economía, que sea de economía real y para todos y todas. Las empresas de Asturies se mueren. Estamos por debajo de la media estatal en creación y por encima en mortalidad empresarial. No es de extrañar, ya que el concepto de apoyo al emprendimiento del PSOE consiste en cenar con los principales banqueros y empresarios siderúrgicos, mineros o constructores, los mismos que incumplen los plazos de pago a sus pequeños proveedores. Mientras tanto, Pymes y autónomos, excluidos de este banquete para unos pocos, se quedan con los platos rotos.
Un ejemplo, según cifras del INE de mayo de 2015. Mientras la media nacional de las ventas del comercio minorista subió un 0,7%, en Asturies dichas ventas han bajado un 4,1%, la comunidad autónoma con peor dato. Por ello, dentro de las 90 medidas propuestas en nuestro programa electoral para el ámbito empresarial abordaremos de forma especialmente intensa un paquete de ocho medidas destinadas a pymes y autónomos, con una inversión total de 28,8 millones de euros anuales.
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Rescate pyme. Utilizaremos 7,2 millones de euros anuales en apoyar a empresas en situación de amenaza de cierre, pero con posibilidades de recuperación en los mercados. No será un cheque en blanco, como hicieron PSOE y PP con la banca, sino con condiciones que aseguren que sean los trabajadores y trabajadoras de esas empresas las que estén al frente de las mismas, al mismo tiempo que el Principado se asegura una utilización responsable, eficiente y sostenible de los recursos empleados. Con esta medida salvaremos cerca de 1.000 puestos de trabajo cada año.
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Con 4,2 millones de euros anuales, empleados en Asturgar, nadie tendrá que emigrar para ver realizados sus proyectos. Cualquier persona emprendedora sabrá que el Principado avalará financieramente su proyecto si éste cumple con unos mínimos de elaboración y sostenibilidad.
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Portal Asturfunding, con un coste de 300.000 euros. En España, el mercado del crowdfunding creció a un ritmo del 144% en 2014 y en 2015 se espera que crezca a un ritmo cercano al 100%. Es una modalidad de financiación que el Principado tendrá que potenciar y liderar.
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Plan de excelencia de semilleros de proyectos (medio millón de euros). Nuestros emprendedores y emprendedoras necesitan un asesoramiento de calidad, personalizado, humanizado y amable. La sensación de soledad a la hora de emprender en Asturies es un mal que hemos de erradicar.
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Potenciación y apoyo logístico en comercio electrónico (2,5 millones de euros anuales). El comercio electrónico mantiene unas tasas de crecimiento muy superiores al conjunto de nuestra economía (un 28,8% en el primer trimestre de 2014) y se puede promover a través de la formación, del asesoramiento público, de incentivos, de visualización de iniciativas innovadoras.
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Reforzamiento de las subvenciones para creación y consolidación de empresas y de cooperativas y sociedades laborales (seis millones de euros anuales).
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Potenciación de la economía digital y colaborativa (tres millones anuales), a través de una red pública de espacios físicos y virtuales que generen sinergias técnicas y creativas para la puesta en marcha de start-ups.
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Internacionalización de nuestras pymes (cinco millones de euros). Las acciones comerciales en el exterior entre empresas pueden generar sinergias interesantes que llevan a reducciones de costes, la mejora de la presencia comercial o a la multiplicación del impacto de comunicación.
I+D+I
Nuestro gobierno será el de la investigación, desarrollo e innovación. El I+D+i se redujo en Asturies a menos de la mitad entre 2006 y 2013, con una caída del 56 %, lo que nos pone a la cabeza de las comunidades autónomas que más han recortado en este área. En el sector privado hay un 16% menos de empresas innovadoras y se ha reducido en un 9% el número de investigadores.
En la Universidad de Oviedo contamos con la plantilla docente más envejecida de los últimos 40 años, con una edad media de 53 años. Sin convocatoria de plazas para jóvenes, el relevo generacional se ve imposible. Pero queremos dejar de mirar con envidia a las universidades del Norte de Europa y que la Universidad de Oviedo se sitúe en 2019 entre las 200 mejores del mundo. Desgraciadamente, para ello en ciencia no hay magia. Sin financiación ni apuesta por el talento, eso es imposible. Lo explica el investigador Carlos López-Otin: “El talento es el único recurso que se distribuye de forma homogénea en todo el planeta”.
La clave está en apostar por retener y cuidar el talento que ya existe. Antes del 1 de setiembre impulsaré un programa de retención y retorno del talento científico joven, que incluirá la creación de grupos de investigación formados por doctoras y doctores jóvenes y financiación para la contratación de investigadores en el sector privado. Tampoco permitiré que se vuelva a expulsar a estudiantes de la Universidad por un controvertido Reglamento de Permanencia denunciado por los y las estudiantes y que ha facilitado ya la expulsión de 1.036 estudiantes, según datos del Consejo de Estudiantes.
Apostar por la investigación y por el retorno de talentos es tomar partido por el futuro de Asturies. Nuestra tierra necesita políticos a la altura de su gente. Les invito a que escuchen a personas como Ángeles Fernández:
“Creo que ha llegado la hora de dar un golpe en la mesa y empezar a exigir ser tratados con respeto y dignidad. Somos una comunidad con mucha historia y nos merecemos que peleen por nosotros, que estamos a la deriva y necesitamos una total reestructuración de nuestras fuentes de ingresos y una nueva orientación para que nuestros jóvenes no se tengan que ir en desbandada. Antes la juventud se iba del pueblo a la ciudad; ahora, por culpa del abandono, la corrupción y el saqueo indiscriminado de todo lo que fuese posible saquear, se van de nuestra tierra”.
Encuentro en el cambio
La gente nos pide que trabajemos en común y encontremos espacios de diálogo. Desde Podemos Asturies trabajaremos para crear esos espacios, pero ahora me gustaría dirigirme en particular a los compañeros y compañeras de Izquierda Unida. He compartido movilizaciones y proyectos con muchos de vuestros militantes, con vosotros mismos. Juntos nos hemos manifestado para conseguir un mundo mejor.
Décadas de movilizaciones se han plasmado en este ciclo que comenzó en mayo de 2010 con la renuncia de José Luis Rodríguez Zapatero a cumplir su programa electoral y aceptó las políticas de austeridad. Huelgas generales, movilizaciones en las plazas, activistas antidesahucios, mareas ciudadanas… Vosotros, como nosotros y nosotras, sois herederos de todos estos movimientos recientes por la recuperación de la democracia, pero también somos herederos de una historia más amplia. Más importante aún, compartimos un horizonte de cambio, porque juntos nos hemos manifestado para conseguir un mundo mejor.
Nuestro amigo Gerardo Iglesias, luchador antifranquista y fundador de Izquierda Unida, lo dijo bien claro:
“La vocación originaria de IU se acercaba a lo que intenta representar Podemos. Si leemos los documentos de aquel momento sobre la política de convergencia, la voluntad era crear un ‘movimiento social y político’, diferenciado de los partidos tradicionales en crisis. Desearía infinitamente que IU fuera consciente de lo que está sucediendo en este país y soltará lastre para poder compartir con Podemos y otras fuerzas la configuración de una nueva alternativa. Porque IU nació para eso”.
Además de la voz del cambio, juntos somos el principal grupo de esta cámara, contamos con el 31% de los votos, 24.000 más que los obtenidos por Javier Fernández. Estoy convencido de que el sentir mayoritario entre esas 64.000 personas que votaron a IU en las pasadas elecciones es propiciar un gobierno del cambio y no cuatro años más de lo mismo.
Os pido un favor: escuchad a vuestros abuelos, a vuestros militantes históricos, a los que dieron su vida por la libertad y la justicia social.
Escuchad el grito urgente que llega del Sur de Europa:
“Ahora mismo descansa sobre nuestros hombros la responsabilidad histórica frente a las luchas y sacrificios del pueblo griego para la consolidación de la democracia y soberanía nacional. La responsabilidad por el futuro de nuestro país” (Alexis Tsipras).
No va a ser el último momento en el que tengamos ante nosotros la posibilidad de un cambio social. Hoy comenzamos a construir un bloque del cambio. En unos días veremos si será desde el gobierno o desde la oposición. Mucha gente nos está mirando: Y os pedimos en este momento que ha de cambiar nuestras vidas que os pongáis del lado de la gente. Nuestra mano siempre estará tendida para construir una mayoría social en Asturies. Pero eso es incompatible con sostener a los viejos partidos que han sido cómplices de la corrupción y de los recortes sociales. Asturies necesita un cambio. Y vosotros y vosotras podéis impulsarlo.
Un gobierno de la gente, un proyecto de país
Nuestro gobierno no va a dejar a nadie atrás. Porque aquí no sobra nadie. Tampoco va a dejar a nadie lejos, que en ocasiones viene a ser lo mismo. Somos pocos asturianos y asturianas, y cada uno de nosotros y nosotras es lo suficientemente importante para merecer que su gobierno se ocupe de ellos, intente crear las condiciones necesarias para que puedan encontrar un trabajo aquí y tener la protección social, sanitaria y jurídica que otros les niegan.
La mayoría de las personas que participamos en Podemos nunca nos habíamos imaginado como representantes públicos. Dimos este paso porque necesitábamos que nuestra voz fuese oída, porque la situación de nuestra tierra nos exigía un ejercicio de responsabilidad. La política estaba demasiado lejos de nosotros. De ahí nuestro firme compromiso de no hacer lo mismo de siempre.
Con frecuencia me paran por la calle para decirme cosas tan sencillas como que es la primera vez que se encuentran con alguien a quien han votado. Hay gente que se acerca a nosotros en las cafeterías para hablar de política. De política con mayúsculas. Para discutir nuestra estrategia, para reprocharnos errores, para explicarnos su visión de las dinámicas parlamentarias o para decirnos, sencillamente, que no les decepcionemos.
Vamos a hacer todo lo posible para no decepcionarles, para no decepcionarnos. Pero cuando nos equivoquemos, volveremos a las mismas cafeterías para que nos lo puedan echar en cara. Iremos a las calles de nuestros barrios a explicarnos, a aprender de la gente. Y cuando gobernemos Asturies, lo haremos a partir de los mismos principios, llamando a las cosas por su nombre, compartiendo con la gente los aciertos, y asumiendo nuestra responsabilidad por los errores.
No antepondré siglas a ideas, colores a propuestas ni sillones a soluciones.
Por eso, desde ya mismo, reconozco que ha habido propuestas muy interesantes en otros partidos que desearía que mi gobierno hiciese suyas. Nos gustan las propuestas de Ciudadanos en materia de lucha contra la corrupción, de Foro en lo relativo a la importancia de que Asturies tenga una voz propia y autónoma en el conjunto del Estado y de IU en materia de empleo garantizado, aunque con Izquierda Unida, es obvio, hay otros muchos ámbitos de plena sintonía. Me encuentro cómodo también con algunas medidas que está asumiendo el PSOE en otras comunidades. Por ejemplo, en Aragón, donde se ha solicitado una moratoria de la LOMCE. Ayer se publicó en el BOPA el nuevo currículo del Bachillerato de la LOMCE, pero si tienen la valentía de sus compañeros aragoneses encontrarán nuestra complicidad.
Un gobierno de la gente es aquél que le da poder a la ciudadanía para tomar decisiones. En la nueva política, las decisiones de calado las decide la gente, se rendirán cuentas de las decisiones adoptadas que habrán de estar siempre de acuerdo con el interés general y no con aspiraciones particulares.
Un gobierno de la gente siempre tiene las puertas abiertas a la sociedad. En la última legislatura vimos que Javier Fernández se reunía con empresarios, banqueros y políticos mientras le negaba una reunión a la Asamblea de Trabajadores en Lucha. ¿Cómo se puede afirmar una vocación de servicio al pueblo cuando se pone a los poderosos por delante de las víctimas de la crisis?
Un gobierno de la gente pone los intereses de la gente por delante de los del partido. La ciudadanía y sus organizaciones sociales nos deben marcar el camino, y por eso hay que delimitar con toda claridad su independencia. Las instituciones deben ponerse al servicio de la mayoría social y encontrar vías legales para dar cumplimiento a lo que la sociedad demande.
Los cargos públicos acumulan décadas en los parlamentos sin volver a la profesión. Creemos que un gobierno en verdad comprometido con el cambio no puede mantener esas prácticas. En nuestro gobierno nadie podrá acumular más de ocho años en su cargo y, pasado ese tiempo, deberán regresar a sus puestos de trabajo o a las actividades que previamente venían realizando.
Un gobierno de la gente es austero por principio. Racionalizar el gasto en las instituciones es un imperativo económico, pero también un compromiso democrático. No podemos aceptar sueldos desorbitados mientras la gente lucha por llegar a fin de mes. No podemos preocuparnos por mantener nuestros privilegios mientras en nuestras calles la sociedad se pregunta de dónde le vendrá el siguiente golpe. No hemos llegado a la política para ganarnos la vida, sino para solucionar los problemas de Asturies. Esta es la mejor forma de dignificar la Junta.
Y un gobierno de la gente, señorías, está listo para aceptar ideas razonables vengan de donde vengan. Necesitamos estabilidad, pero no la estabilidad aritmética que dan los repartos de sillones, sino la verdadera estabilidad que da la vocación de servicio público. Estamos dispuestas a aceptar propuestas razonables de cualquier partido que ponga los intereses de la gente por delante de los personales. Tendemos la mano para construir un gobierno de cambio. Es hora de mostrar altura de miras. Asturies lo necesita. La gente lo necesita.
El gobierno de la gente tal vez no llegue esta semana, pero llegará. El cambio es imparable y hoy tienen sus señorías la decisión de sumarse o no a él. De estar del lado del inmovilismo o del de la gente que sufre y quiere un mejor futuro para ellos y para sus hijos e hijas. La decisión es suya, y en la situación actual quien se abstiene, o quien calla, otorga.