Me han dicho con respeto y creo que con admiración, que los 55 despedidos de General Dynamics además de ser trabajadores injustamente víctimas de un ERE fraudulento, somos ante todo y así lo estamos demostrando, ser «hombres y mujeres de honor» con una calidad moral y de cumplimiento del deber para con nosotros mismos y para con el resto del colectivo. A nuestra buena reputación y al mérito de nuestro esfuerzo para denunciar a General Dynamics y la actuación de sus directivos españoles, no nos llega nadie a la suela de los zapatos. Ni compañeros, ni sindicatos, ni políticos y por supuesto, ni responsables de la empresa.
He estado pensando si escribirlo o no. A unos les indignará y a otros les avergonzará; pero internamente me siento halagado y quiero compartirlo con todas aquellas personas que a lo largo de tres años nos han recibido, con quienes estudiaron las pruebas, y sobre todo, compartirlo con los 55.
A estas alturas con la oferta de una supuesta bolsa de empleo solo nos hace falta parafrasear a Forres Gump para reafirmar:
«Tonto es aquel que hace tonterías»
y
«Puede que no sea muy listo, pero si sé lo que es un fraude»