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«Los contratistas militares nos están paralizando
publicado por Ryan Mernin
No mucha gente se sorprende por las estadísticas de los gastos de defensa. Al igual que la idea del «uno por ciento», el agujero negro que es el Departamento de Defensa (DoD) se ha convertido en otro hecho aparentemente inevitable en la vida de la mayoría de los estadounidenses; unas fauces insaciables sobre las que reposa la existencia de América …
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El plan de Cruz para volver a un gasto militar similar al de la Guerra de Irak es compensado con su buena disposición para recortar trozos del presupuesto doméstico. Estos trozos incluyen el Servicio de Impuestos Internos (IRS), así como los Departamentos de Educación, Energía, Comercio y Vivienda y Desarrollo Público.
Esta absurda idea del presupuesto federal sería menos alarmante si su existencia se limitara sólo a la mente de Ted Cruz y la colección de muñecas de porcelana Matryoshka que viven dentro de él. Pero esta teoría es más o menos la consensuada en la corriente principal de los republicanos. Para los republicanos, así como para muchos demócratas, el tamaño del Departamento de Defensa no supone un inconveniente. La financiación de las escuelas y la vivienda pública pierden frente a los misiles de crucero y los contratos gubernamentales con fabricantes de armas y sus lobbys del Congreso.
El plan de defensa propuesto para 2017 incluye 523,9 mil millones de dólares para el Departamento de Defensa, de 773,5 mil millones de dólares en gasto militar global (esto incluye el Departamento de Estado, el FBI, Seguridad Nacional, etc.). Una gran parte de este presupuesto se destina a contratistas privados, a empresas como Boeing y Blackwater que proporcionan bienes, servicios, e investigación y desarrollo a los militares y con 285 mil millones de dólares del presupuesto para hacerlo. En 2010, empresas militares privadas como Blackwater facturaban 50 mil millones a cambio de los combatientes no militares en Irak y Afganistán.
El Proyecto de presupuesto de 2017 en Educación del presidente para nuestro fracasado sistema escolar, en comparación, es de 69,4 mil millones de dólares. Esto es, mil millones para mejorar la calidad de los maestros con aumento de salarios y la contratación de otros nuevos. Son 500 millones de dólares menos de lo que fue concedido sólo para Blackwater en contratos en el transcurso de la guerra de Irak, a pesar de la infame incidente de Nisour de 2007 en el que los empleados de Blackwater masacraron a 17 civiles desde sus camiones en un semáforo. 2007 fue, por cierto, el mismo año en que el número de contratistas privados en Irak llegaron a estar a la par con las tropas estadounidenses.
Cada vez que el Departamento de Defensa pretende tratar la reducción de su presupuesto mas allá de recorte de salarios de las tropas y beneficios para la salud, las propuestas son inevitablemente rechazadas por el Congreso. Los contratos con el gobierno, protegidos por los grupos de presión, se van sin tocar.
Lejos de tener éxito en el control del gasto del Departamento de Defensa, el Congreso ha hecho un esfuerzo simplemente para entender dónde va el dinero, de hecho, emitiendo una petición para que el Departamento de Defensa prepare una auditoría para el año 2017. La Oficina de Responsabilidad del Gobierno, que es la responsable de tal auditoría, continúa señalando en sus informes «graves deficiencias continuas» en la contabilidad del Departamento de Defensa (contabilidad que sería necesaria para realizar cualquier auditoría). Pero, como señala Ralph Nader en un reciente artículo, los mismos congresistas que se quejan de libros «inauditables» del Departamento de Defensa son los que se han duplicado su presupuesto.
«Los culpables principales, porque tienen mucho que perder en los beneficios y bonificaciones,» según dice, «son las empresas de defensa, gigantes como Lockheed Martin, Boeing, General Dynamics, Raytheon, Northrop Grumman, y otros que presionan al Congreso, Distrito por Distrito, para obtener más y más contratos militares, ayudas y subvenciones». Estos contratistas seducen a los funcionarios públicos que los contratan con donaciones para sus campañas, al igual que actualmente hacen otras muchas empresas.
El presidente Eisenhower ya lanzó su famosa advertencia de despedida contra el «complejo militar-industrial» algo que suena trágico a día de hoy, ya que debió haber sonado como poco probable en 1961. «Sólo una ciudadanía alerta e informada puede inducir el correcto engranaje de la enorme maquinaria industrial y militar de defensa con métodos y objetivos pacíficos, en los que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntas. «Uno siente una profunda sensación de fracaso en todos los frentes.»