Hay mucha cosas que matizar en esta noticia. El desmantelamiento industrial sufrido por Coruña y Asturias fue el mismo tras el paso de la la multinacional General Dynamics, la multinacional que se hizo con la gestión de las fábricas de armas propiedad del estado español. Y el resultado fue el mismo en ambas provincias, las fábricas de armas de la Coruña y de Oviedo fueron desmanteladas y al menos en el caso de Oviedo achatarrando maquinaria especial y destruyendo herramientas y útiles que difícilmente serán sustituidos. Las dos factorías industriales que tenía la antigua Santa Bárbara, desmanteladas, y es que General Dynamics no es una empresa industrial. Es una máquina de hacer dinero en base a lo ellos denominan «gestionar programas», un engranaje bien engrasado de cabilderos que saben a quien pedir y que ofrecer. Parece que industrialmente solo les interesa la «soldadura», algo que puede observarse en los trabajos que desarrollan en factorías de distintos países, ya sea para soldar chapas de barcos o de vehículos.
Aún así, se ha generado mucho trabajo con el monocultivo de las «barcazas» para el ejército británico, llegando a tener tanto las factorías de Trubia y de Sevilla en este momento más personal de empresas externas trabajando dentro de sus instalaciones, que personal propio.
Respecto a que se ha incrementado la carga de trabajo tanto que han contratado a personal de los 55 despedidos, esto es falso. Al día siguiente de efectuarse los despidos del ERE de 2013, la empresa ya subcontrató a empresas externas para efectuar trabajos que estaba realizando el personal que llevaba 30 años en la empresa y que fue despedido «traumáticamente». Contrató personal a través de empresas de trabajo temporal, o bien creando lo que ella misma llamó «hongos«, ubicaciones fuera de la propia fábrica, alquilando instalaciones para desde allí efectuar labores informáticas o de ingeniería entre otras, supuestamente para eludir el control judicial que pudiera efectuarse de su plantilla hasta que finalizaran los posibles recursos judiciales.
La «re-contratación» de algunos de los 55 despedidos lo fue por la persistencia de nuestro trabajo en aras a demostrar que el ERE no solo fue innecesario, sino que también fue fraudulento, junto con la presión ejercida por los sindicatos desde dentro. La Audiencia Nacional (con el presidente de la Sala denunciado ante el Consejo General del Poder Judicial por simultanear juzgar el ERE de General Dynamics y cobrar de esta misma empresa por las charlas que daba con su abogado) y el Supremo, han entendido que el ERE fue correcto porque las pruebas de que General Dynamics – SBS no tuvo pérdidas en el 2012 se debieron aportar antes; antes incluso de que las «cuentas» fueran registradas en el Registro Mercantil. ¡Y nos lo dieron por escrito!. ¡Con dos cojones!
Así que los despedidos de Coruña, Asturias, Madrid y Sevilla no fueron valorados con todos los documentos que llevarían a declarar el ERE NULO. Un duro golpe para los trabajadores y para las arcas de la Seguridad Social. Por muchísimo menos acaba de intervenir el ministro Montoro los presupuestos de la Generalitat.
Respecto a Expal, decir que la noticia destaca que emplea ya a 100 trabajadores para fabricar en líneas de producción abandonadas por General Dynamics. Lo que nadie menciona es la precariedad a la que están sometidos sus trabajadores, o a que no son contratados con el convenio de la empresa. Expal obtuvo las instalaciones tras un acuerdo por el que no se entrometía en el paripé de la adjudicación pública de la Fábrica de Palencia, ya decidido en 2012 el cederla a Nanmo una vez que General Dynamics informó de su intención de cerrarla, y de la oposición del Ejército. Se dice que a cambio de no interferir en la adjudicación a Nanmo, se le darían los talleres de Quintana en Trubia. Estos talleres que gestiona ahora Expal dependen para su funcionamiento de la energía eléctrica del suministro de la Fábrica de Trubia, algo que puede estar influyendo en la contratación, ya que existe el rumor de la existencia de un veto por parte de General Dynamics a la contratación en Expal de alguno de los 55 despedidos.
Tampoco es que el trabajo sea para tirar voladores. A la dureza del trabajo en estas instalaciones, se suma que es mileurista, se dice que periódicamente no renueva a alguien para amedrentar a los demás y con una organización del sistema del trabajo acorde a los nuevos tiempos, y es que dejando atrás el taylorismo se pide a los trabajadores de un día para otro que incrementen su rendimiento con los mismos argumentos que de pequeños nos daban nuestras madres, «PORQUE LO DIGO YO».
¿Y que decir del futuro vehículo 8×8 español?
Pues que se están fabricando en Suiza, lo mismo destino preferido para los tesoreros del PP que para el fabricante del 8×8 español. De los aproximadamente 133 millones de euros destinados a la fabricación de los prototipos, 50 son para Indra, 50 para Sapa y 33 para Santa Bárbara, pero Trubia no va a oler un euro. No tienen capacidad en sus instalaciones ni suficiente personal, ni tan siquiera para lo que ahora tiene contratado.
El 8×8 va camino de ser un nuevo desastre en lo económico e industrial a semejanza de lo que supuso el Leopard o el Pizarro, que en lugar de ser la oportunidad que cualquier empresa aprovecharía para dotarse de conocimientos y tecnología para abordar futuros proyectos, con General Dynamics y sus gestores no sólo no hemos aprovechado a adquirir nuevas capacidades, sino que estamos peor que al principio. Los motores vendrán de Suecia, las torres y armas de Noruega o Israel, y otros componentes se fabricaran por subcontratistas bajo licencia de otras empresas extranjeras.
¡A ver si hay suerte y al menos hay trabajo para soldar chapona en las barcazas!
Y como siempre y en previsión de que no nos tomen otra vez por titiriteros,
TODO ELLO SUPUESTA MENTE
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«Asturias logra los contratos de armamento que A Coruña no huele
Mientras la fábrica de armas de A Coruña aguarda con los brazos abiertos carga de trabajo, la factoría de Trubia (Asturias) no deja de sumar contratos
A Coruña, 14 de septiembre de 2017 (06:00 CET)
A Coruña y la localidad asturiana de Trubia son dos caras de una misma moneda. Ambas albergaron en su día sendas factorías de Santa Bárbara y las dos sufrieron un importante recorte de plantilla, que en el caso de las instalaciones de Pedralonga estuvieron a punto de poner el punto y final a una historia industrial de casi seis décadas.
Después del bache, decidieron seguir adelante. En el caso de la factoría asturiana, todavía bajo el control de General Dynamics, que agrupó allí la actividad de las fábricas de La Vega y Oviedo, pronto comenzaron a llegar los pedidos. En A Coruña, el alcalde y los trabajadores de la antigua Santa Bárbara consiguieron convencer a Defensa, propietario de las instalaciones, para que sacase a concurso la concesión. Hércules de Armamento resultó vencedora de aquel proceso hace ahora tres años, pero desde entonces las máquinas apenas se han puesto en funcionamiento.
La actividad en Pedralonga es casi nula, como constatan los pobres resultados económicos obtenidos en 2016. Una parálisis que viene motivada por la difícil situación financiera que atraviesa la concesionaria, que espera la llegada de un socio inversor para volver a ser el centro de referencia que un día fue.
Pendientes del Ministerio
Mientras tanto, en Trubia trabajan a destajo para cumplir con los plazos de entrega de los distintos contratos. Uno de los más importantes que tienen ahora mismo es el de la construcción de las barcazas de más de 500 carros de combate para el ejército británico. También está a la espera de uno de los más importantes contratos que tiene sobre la mesa el Ministerio de Defensa español, el del vehículo de combate 8×8, cuyo montante podría superar los 1.000 millones de euros.
Por lo de pronto, General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas, en alianza con Indra y Sapa, ha logrado el contrato de I+D+i, valorado en 89,2 millones de euros, para el desarrollo de cinco prototipos en los que se basará el futuro vehículo del Ejército de Tiera. Este repunte de la actividad ha permitido a la multinacional contratar a parte de los 55 trabajadores despedidos de los centros asturianos.
El contrato del 8×8, que ronda los 1.000 millones de euros, daría mucha más carga de trabajo a la fábrica de Trubia
Pero las buenas noticias para Asturias no quedan ahí, Explosivos Alaveses (Expal), filial del grupo Maxan, va a iniciar la fabricación de componentes metálicos para municiones de mediano y gran calibre en los que los talleres de munición de Trubia, que han estado casi una década sin actividad.
Tras llegar a un acuerdo con Defensa para la cesión de los terrenos, la compañía española, que cuenta con más de 1.300 empleados y 11 centros de producción repartidos por Europa y Estados Unidos, pondrá al día la maquinaria y empezará a fabricar, para lo que necesitará contratar a cerca de un centenar de personas, según apuntan fuentes del sector.
No habrá competencia entre estas dos empresas, ya que tanto General Dynamics como Expal tienen en el Ministerio de Defensa a su principal cliente. Eso sí, el aumento de la actividad les puede obligar a derivar parte de la producción a otros centros. Aquí es donde podría entrar en liza la fábrica de A Coruña, pero para ‘rascar’ algo primero tiene que regularizar su situación y dejar a cero su deuda con la plantilla y las administraciones, que ronda supera los cinco millones de euros.»