Asturias Diario – ‘Cabo de año’ en Trubia

Artículo publicado en la edición impresa el día 17 de mayo y en la web el 19 de mayo.

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19 mayo, 2014

PEDRO ALBERTO ÁLVAREZ

20140519 AsturiasDiario SBS Frente Obrero

La semana pasada se cumplió el ‘cabo de año’ de los 55 despidos de la Fábrica de Armas de Trubia, el principio del fin de una industria centenaria. Doce meses después de recibir las cartas con el finiquito, solo tres de los antiguos trabajadores han conseguido un nuevo empleo. La mayoría tienen más de 50 años, y sus oportunidades de reengancharse al mercado laboral son cada vez más escasas. Mes a mes, consumen el subsidio de desempleo y miran de reojo al calendario, porque saben que la indemnización no durará mucho más. En un año, se les agotará el paro. Han depositado su última esperanza en el Tribunal Supremo, pero a estas alturas, es casi imposible que la justicia obligue a General Dynamics a dar marcha atrás. El ‘regalo’ de la multinacional en el triste aniversario de Trubia, ha sido una nueva tanda de despidos. De los 340 trabajadores que componen la plantilla, 213 se quedarán en casa todos los meses, al formar parte de la ‘lista negra’ del expediente de regulación temporal de empleo, la antesala del despido definitivo. Los sindicatos, plegados a los planes de la multinacional norteamerica, firmaron el ERTE a cambio de negociar el convenio colectivo, que General Dynamics tratará de ‘ablandar’ para facilitar más despidos. Sin nuevos contratos (Santa Bárbara Sistemas ni se presenta a los concursos para suministrar munición o repuestos), la factoría de Trubia avanza sin remedio hacia su desaparición. El plan anual de actividad es la prueba definitiva. Solo hay carga de trabajo para unos 30 empleados.

El cierre de la Fábrica de Armas de Trubia está en marcha desde 2012, cuando General Dynamics anunció el traslado de los trabajadores de La Vega a Trubia. Políticos, sindicatos y comité de empresa, denunciaron que la fusión podría implicar despidos, pero la compañía aseguró que no prescindiría de nadie, y que además, con la clausura de las instalaciones ovetenses, aseguraba el futuro de la planta trubieca. “Se respetarán todos los puestos de trabajo de ambas factorías”, rezaba el Plan de Integración. Pero el 10 de mayo del año pasado, la jefa de personal comenzó a repartir las 55 cartas de despido, anunciando los nombres a gritos, ya que los portavoces del comité habían roto la lista entregada por la empresa, en señal de protesta. Algunos lloraron de rabia, otros criticaron a los sindicatos por su tibieza a la hora de negociar, y otros respiraron aliviados cuando acabó la ‘lotería’. Los ‘elegidos’ recogieron sus pertenencias y abandonaron la fábrica donde habían trabajado durante tres décadas, desde que eran unos aprendices inexpertos que se enfrentaban al reto de construir tanques y cañones. Hoy, recuerdan que el comité de empresa prometió “no dejar abandonados a los despedidos”. Pero no fue así. Desde el día siguiente, estuvieron solos. Ni CCOO ni UGT les asesoraron en sus denuncias, ni movilizaron a los abogados del sindicato para tratar de tumbar el ERE. “Cuando pedimos ayuda, nos dijeron que no formábamos parte de Santa Bárbara, que no podían hacer nada”, comenta uno de los despedidos. Organizaron marchas, charlas y protestas, acudieron a la Audiencia Nacional y al Supremo, y se unieron en la asociación ‘55 despedidos de la Fábrica de Armas de Trubia’. Sobre el papel, la prioridad del comité era mantener los empleos que se habían salvado, pero el tiempo ha demostrado que no lo hicieron. Tras los ‘55’ primeros despidos, llegó el turno del personal con contratos relevo. Ahora quedan unos 80 empleados en esta situación, que debía asegurar el relevo generacional en la fábrica, y que solo han servido para abaratar los despidos. El nuevo ERTE es un cheque en blanco en manos de la multinacional con sede en el estado norteamericano en Virginia.

Un engaño a gran escala

El Plan de Integración fue asumido por Javier Fernández, como presidente del Principado; la Junta General, Agustín Iglesias Caunedo, alcalde de Oviedo; y los partidos políticos de la región, como un mal menor, mientras el Ministerio de Defensa guardaba silencio, y se negaba a influir en las decisiones de una empresa privada. Cuando llegó la primera tanda de despidos, hubo críticas y lamentos, declaraciones institucionales e intervenciones en el parlamento. Un año después, el anuncio del enésimo recorte de plantilla, en plena precampaña electoral, apenas ha generado reacciones. Los políticos solo pueden reconocer que han sido víctimas de un engaño a gran escala, mientras la fábrica de Trubia se vacía poco a poco y los talleres van cerrando, uno tras otro. General Dynamics se bate en retirada, dejando a su paso cientos de parados.

Despedidos en tierra de nadie

La peor parte se la llevaron los trabajadores despedidos que tenían entre 53 y 54 años, la edad media de quienes perdieron el empleo ha¬ce doce meses. Si hubieran cumplido los 55, podrían haberse prejubilado con el 80% del sueldo, aunque perdiendo las pagas extras. Además, la empresa seguiría cotizando por ellos hasta los 61 años. Sin embargo, se fueron a la calle perdiendo todos sus derechos. La petición de Graciano Torre, consejero de Economía y Empleo, a la empresa, para que no limitase la carga de trabajo en Trubia, y sustituyese los despidos por una regulación temporal, también ha quedado en el olvido. General Dynamics ya demostró que no tenía ninguna intención de mantener el empleo, y el Principado fue incapaz de recolocar a nadie, como tampoco hubo alternativas para los empleados de la conservera Albo, o de la Fábrica de Loza de San Claudio.

Los 55 despedidos de Trubia celebrarán su primer aniversario esta tarde, participando en la manifestación del ‘frente obrero’, junto a empleados de Sedes, Benito Sistemas o las subcontratas de Hunosa, otros ejemplos de la purga laboral que sufre Asturias.

“Me despidieron después de 39 años”

20140519 AsturiasDiario Trabajador General Dynamics_01Javier Cañedo era uno de los trabajadores más veteranos de la Fábrica de Armas, con 39 años en la empresa. “Estuve 3 años de aprendiz, y después 20 meses de mili, que también cuentan como antigüedad, porque éramos personal civil que trabajaba para el Ejército”. Entró en Trubia con solo 14 años, y fue despedido con 53. Si hubiera llegado a los 55, la empresa tendría que haber cotizado por él hasta los 61, pero “ahora estoy en el paro y sin perspectivas de futuro”.

Cañedo aún mantiene la esperanza en la justicia, y confía en que el Tribunal Supremo les de la razón. Los despedidos de Trubia calculan que la sentencia llegará en julio, o como muy tarde, en septiembre. Mientras esperan, insisten en la importancia de mantener el conflicto ‘vivo’, manifestándose y continuando unidos en las protestas. “Si el Supremo no tumba el ERE, solo nos quedarán los recursos individuales que se resolverán en Asturias”, comenta con resignación, esperando que los tribunales asturianos ‘jueguen’ a su favor a la hora de enfrentarse a la multinacional norteamericana. “Para un juez de Madrid, Santa Bárbara solo es una empresa más”. Mientras tanto, durante los últimos doce meses ha mandado decenas de currículos, que no han recibido respuesta. La juventud pesa más que la experiencia a la hora de buscar trabajo, y casi ningún empresario está dispuesto a contratar a trabajadores mayores de 50 años, cuando un recién licenciado aceptaría el mismo trabajo por menos sueldo. “Si los jueces nos fallan otra vez, no sé que más podremos a hacer”. Aunque solo lleva un año en paro, Javier Cañedo va camino de convertirse en un desempleado de larga duración.

“Solo nos quedan 12 meses de paro”

20140519 AsturiasDiario Trabajador General Dynamics_02Los despedidos cuentan los días que les quedan para dejar de cobrar el subsidio del desempleo. Solo les queda un año, “y después viviremos de pagas sociales”. Luis Miguel González calcula que, con el sueldo de su mujer, no tendrá derecho a las ayudas sociales, y a sus 51 años, deberá apretarse aún más el cinturón para cuadrar la economía familiar. La mayoría de los antiguos trabajadores de la Fábrica de Armas, tienen hijos que también están en el paro. Luis Miguel comenzó a trabajar en 1978 en la factoría de La Vega, después de pasar 3 años como aprendiz. Pensaba jubilarse en Trubia, después de la fusión, aunque tras el traslado temía que General Dynamics empezase a recortar personal. “El problema para la gente de mi generación es que nos sobra experiencia en la fábrica, pero no tenemos otros conocimientos. Sin tener inglés, no puedes aspirar a casi ningún empleo”. De los 55 trabajadores, 2 consiguieron recolocarse como torneros en otras empresas, y otro, especializado en mediciones tridimensionales, también encontró trabajo. Un cuarto compañero trabajó durante unos meses en ThyssenKrupp, pero ahora está de nuevo en el paro.

Los ex trabajadores de Santa Bárbara saben que no hay mercado en Asturias para absorber al medio centenar de empleados despedidos hace un año, a los que se sumarán más trabajadores, si el ERE temporal, se convierte en definitivo.

“Estamos en tierra de nadie”

20140519 AsturiasDiario Trabajador General Dynamics_03Celedonio Fernández era inspector de calidad en Santa Bárbara, y trabajó en los laboratorios de la empresa. También empezó de aprendiz, y firmó su primer contrato en 1976. Desde entonces y hasta 2012, estuvo empleado en La Vega, antes de ser trasladado a Trubia. Ahora se ve atrapado “en tierra de nadie”, sin futuro laboral y sin oportunidades para trabajadores de su edad. Además, es muy pesimista sobre una posible solución judicial. “Perdemos dos a cero, y no creo que el Tribunal Supremo nos solucione nada. Hay que pelearlo, por si acaso, pero no confío en nada”.

Celedonio, a sus 54 años, recuerda otros conflictos laborales, como los de Tenneco o Liberbank, donde los tribunales dieron la razón a los empleados “por mala fe negociadora, falta de documentación o por no presentar las cuentas consolidadas”. En el caso de General Dynamics, los jueces han dado por buena la versión de la empresa, a pesar de que los trabajadores insisten en que existen evidencias suficientes para tumbar el ERE. “Será que somos diferentes, o que la empresa tiene más poder”.

Cuando se le agote el paro, tendrá 55 años, y cree que nadie querrá contratarle. “No importa que tengas experiencia, que estés especializado o tengas hijos. Los empresarios sólo quieren gente joven, ya que les sale más barata”. Considera que los planes de empleo dirigidos a trabajadores de su edad, casi nunca tienen los resultados anunciados, y que no tiene ninguna oportunidad de conseguir un empleo. “Solo nos queda seguir manifestándonos para que nadie se olvide de que nos despidieron, y que están acabando con la industria”.

“La Vega era un referente nacional”

20140519 AsturiasDiario Trabajador General Dynamics_04El laboratorio de calibración de la fábrica de La Vega contaba con homologaciones internacionales, que costó muchos años conseguir. Era un centro de referencia a nivel nacional, y sus trabajadores, como Roberto Celso, estaban entre los más cualificados de España. “No solo recibíamos encargos de Santa Bárbara, también de todas las grandes empresas industriales, como Ensidesa”. Solo una empresa de Llanera cumple actualmente las exigencias para realizar esa labor, “pero la mayor parte del trabajo se hace fuera de Asturias. Al cerrar La Vega, también se llevaron el conocimiento”.

Cuando a sus 51 años, fue trasladado a Trubia, no pensaba en los despidos, ya que los anteriores conflictos laborales se habían cerrado con negociaciones y prejubilaciones. “Sentí lástima por la propia fábrica, que tenía 200 años. Seguro que si estuviera en Estados Unidos, la habrían transformado en un museo”. Algunas máquinas fueron instaladas en Trubia, y el resto vendidas al peso a los chatarreros. A este paso, los despedidos temen que los talleres de Trubia tengan el mismo destino, vaciados y clausurados, después de dos siglos fabricando armas y material de precisión de forma ininterrumpida.

Roberto Celso formaba parte de la última promoción de aprendices que entró a la fábrica. “Después solo contrataban a algunos de los chicos. Desde 1982 empezó el declive, y ya no hacía falta tanta mano de obra”. Entonces nadie pensaba que Santa Bárbara podría llegar a desaparecer por completo de Asturias.

 

“He tenido dos entrevistas de trabajo”

Maximino García es uno de los despedidos más ‘jóvenes’, con 48 años. Solo una persona de 37 años que había sufrido un accidente laboral, y la ATS de la empresa, con 45, son menores que él. Desde los 16 años, trabajó como aprendiz en Trubia, y llegó a ser técnico informático en Santa Bárbara. “No tengo un perfil industrial, pero ni así encuentro nada”. Asegura haber mandado un centenar de currículos a lo largo de los últimos meses, pero solo le llamaron para dos entrevistas de trabajo. “No pasé el primer corte, quieren a gente joven”. Además eran contratos temporales o sustituciones, nada seguro de cara al futuro. Ni siquiera en el sector de las nuevas tecnologías, hay sitio para una persona de 48 años.

Maximino es uno de los últimos ejemplos de los empleados formados en la propia fábrica. “De la promoción que siguió a la mía, contrataron a 12 de 30, y de las siguientes, a ninguno”. En las anteriores promociones, conseguir entrar de aprendiz, con 14 o 16 años, era una suerte, ya que tenían el trabajo asegurado de por vida. Pero ahora se ha convertido en un problema. “Yo solo he trabajado en la Fábrica de Armas. Cualquier chico de 30 años tiene más formación, más idiomas y ha pasado por más empresas. La experiencia en un solo sitio sirve de muy poco”. Maximino sigue mandando currículos, con la esperanza de que alguno sea atendido y pueda cubrir una baja por enfermedad, lo único a lo que puede aspirar. “Si soy realista, no puedo pedir un contrato indefinido. Sería un iluso si creyese en eso”. Como sus compañeros despedidos, participa en las manifestaciones, y lo seguirá haciendo hasta que los jueces tumben el ERE, o les den el portazo definitivo.

Tras la rabia de los primeros días, algunos de los 55 parados que se cobró el primer ‘ajuste’ en la Fábrica de Armas de Trubia, ahora sienten resignación. Sin embargo, se resisten a abandonar ya que si los talleres acaban cerrando, los trabajadores despedidos serán muchos más. Cerrar la planta mandaría al paro a 340 personas, y acabaría también con los trabajos indirectos que genera las última gran industria de Oviedo.»

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"Asociación 55 despedidos - Fábrica de Trubia" Trabajadores despedidos de la filial española de General Dynamics European Land Systems
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